…., dividir las aguas entre izquierdas y derechas a veces confunde. En semejante reducción quedan fuera o mal encuadradas un sinnúmero de realidades…..
A los peronistas el yeite de izquierdas y derechas nos parece que sirve nada más y nada menos que para descartar a las mayorías y disputar poder entre las minorías. Lo peor del cuento chino es que nos deja afuera, y como dijo el Gurú Chueco Mazzon: para el peronismo peor que la traición es el llano, por esa razón "ideológica" es que no comulgamos con ese parteaguas.
OMIX.
………desde los centros urbanos de las provincias centrales (Cba, Sta Fé, BsAS, y CABA) se interpretan y relatan las realidades con anteojeras ideológicas de derechas e izquierdas que ofenden las formas de ser de los pueblos del interior. OMIX.
“se me ocurre que ese peronismo no es el que a mí me gusta“.
Sé que vivo en un país con realidades distintas y que el interior es muy conservador en muchos aspectos, por ende el desafío de hacer política de mayorías es nunca desconocer esa particularidad, el punto es cómo nos paramos ante esas particularidades. Yo opto por entenderlas y respetarlas lo que no quita que trabaje para transformarlas. Qué querés que le haga, en el país que yo quiero quien se opone al matrimonio igualitario no será más que un aliado circunstancial.
b)Respecto a izquierdas-derechas la cosa es simple: El peronismo será revolucionario o no será nada ¿Dónde te colocás? Gerardo Fernandez.
El kirchnerismo revirtió muy tibiamente la situación: aun los salteños, al reconvertir su oligarquía de cara a la exportación, y por la sobreexplotación laboral, trasfieren de manera regresiva suculentos dineros para financiar el transporte y la seguridad de los más ricos. La policía de Recoleta y el subte de la “clase media”. En fin. Son pocos los distritos que pueden darse el lujo de votar a un Macri..
Las capacidades estatales se ampliaron, principalmente, en Salta, a partir de la asignación universal (
el verdadero salario mínimo, vital y móvil) y la universalización de las jubilaciones., dos medidas, para un salteño, de carácter revolucionario. Y las obras de insfraestructura. Escuelas y viviendas, sobre todo viviendas, sociales y laborales. Hubo una masiva política de viviendas. Y de cloacas y agua potable. Cosas así de simple. Y urgentes y necesarias.
Lucas Carrasco.
El peronismo, en su larga trayectoria, ha cabalgado, para bien y para mal, en todos estos clivajes. Eso sí, “el peronismo que me gusta” es una expresión válida para los de afuera. Los de adentro no tenemos beneficio de inventario. Si muchos hermanos salteños quieren seguirle rezando al Señor del Milagro, y consideran que eso va acompañado por algunas elecciones culturales y políticas, nos la tenemos que bancar.”
Algo que agrego ahora: Me parece que para muchos que acompañan y militan por Cristina Fernández en las grandes urbes esta expresión del peronismo que ha triunfado en Salta les resulta ajena, pero no amenaza sus convicciones. Estilos y valores culturales ”no progres” más cercanos geográficamente – como los que simbolizan figuras como Daniel Scioli, Sergio Massa, Hugo Moyano, Hugo Curto, Amado Boudou (por lo demás, tan diferentes entre sí) – les crean un problema. Un problema que se traslada a la conducción del peronismo, que debe mantenerlos unidos. Abel
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