21 dic 2011
11 dic 2011
agua de beber.....di ba dum da...
La Presidente CFK inició ayer su segundo mandato en una situación
internacional cuya gravedad es imposible exagerar, con Europa ciñéndose
el cinturón alemán de castidad presupuestaria y Estados Unidos a los
sacudones por el tironeo entre el Presidente demócrata y el Congreso
republicano. El acuerdo firmado en Bruselas bajo supervisión del Fondo
Monetario Internacional redujo de 3 a 0,5 por ciento el déficit
presupuestario estructural admisible y reclamó que cada país le asigne
rango constitucional, sometió a los países con déficit a la supervisión
de la Comisión y del Consejo Europeo y suprimió la regla del consenso
por otra de mayoría de 85 por ciento de los votos para adoptar
decisiones de urgencia. Es decir, dos, tres, muchas Grecias, con el
conocido círculo vicioso de ajuste, recesión y crisis social, de
impredecibles consecuencias políticas. Esto tendrá repercusiones
atenuadas pero nunca insignificantes sobre los principales socios
comerciales de la Argentina, en Asia y Sudamérica, cuyos remezones se
sentirán aquí, como ya ocurrió en 2009. El desafío, renovado y acrecido
ahora, es la defensa de la producción y el empleo, con medidas
contracíclicas que preserven el mercado interno. No será una novedad,
porque eso es lo que hicieron los dos gobiernos kirchneristas con
consecuencias apreciables y en ese sentido apuntan las designaciones
anunciadas por Cristina, que muestran continuidad política y
rejuvenecimiento del personal. Juan Manuel Abal Medina, de 43 años, es
el jefe de gabinete más joven desde que se creó el cargo, y Hernán
Lorenzino, con 39, sólo fue superado entre los ministros de Economía por
el malogrado Martín Lousteau. La complementación de Lorenzino con el
viceministro Axel Kicillof repite el esquema que antes compusieron Amado
Boudou y Roberto Fele-tti. Estas designaciones sintonizan con el acceso
al Congreso Nacional y las legislaturas provinciales de militantes
juveniles dispuestos a cruzar el puente entre generaciones tendido por
Cristina. A ello hay que sumar la confirmación de Julio De Vido,
Mercedes Marcó del Pont, Carlos Tomada, Débora Giorgi, Diego Bossio y
Guillermo Moreno, para apreciar que no hay motivos para esperar cambios
de fondo. El desendeudamiento, la acumulación de reservas, la
intervención en el mercado cambiario y la regulación de los flujos de
capitales de corto plazo, redundaron en una recuperación de soberanía y
permitieron que la Argentina fuera el único país de América Latina que a
partir de 2003 redujo la participación de productos primarios en sus
exportaciones y aumentó la de manufacturas industriales. Desde la
ruptura de la convertibilidad el complejo agroalimentario se expandió a
una tasa anual acumulativa del 5,1% mientras el conjunto de la economía
creció el 8,5% anual. Este crecimiento fue liderado por la industria
manufacturera que creció a un 9,4% anual y dentro de ella las ramas que
no pertenecen al complejo agroalimentario el 10,8%. Esto permitió
reducir en forma drástica la desocupación y mejorar en forma
significativa la participación de los trabajadores en el ingreso.(aqui la nota completa)
3 dic 2011
23 nov 2011
22 nov 2011
19 nov 2011
peligro!....autorreferencia y sanguches de miga
Este hueco negro que intenta apoyarse en una
constelación de significados, con diversa suerte pero con excesiva emoción y
una pueril e irresponsable intuición que insisten en prevalecer, esta pasando
por estos días los cien posteos.(¿) Toda una marca para el microclima
autoreferencial. Nada para las bestias del huecomundo. Poco para los angeles
rojos y algo para los que intuyen reformulación en la autonomía de las formas.En ocasión del
post inaugural, Manuel el coronel posteo
en su entrañable espacio, el
fusilado, la aparición de este blog. A lo que conteste amable y
sinceramente : “Gracias Coronel. No levante la perdiz que me asusta. El blog
intenta ser un espacio de abordaje para ciertos temas sin la pretensión de
hacer periodismo ni mucho menos y con la impronta de berretín o libelo agitador
al servicio de la revolución galáctica. Vectores lanzados a la nada y como
tales, labiles y relativamente alejados de toda empiria. Casi un experimento
que la virtualidad hace posible y solo el tiempo develara su humilde aporte o
confirmara su condición de mero ejercicio lúdico al servicio del ego y de los
afectos cercanos. Una bitácora empollada al calor del bloguerio nac&pop que
aspira a disputar relato, desde algún lugar y con destino incierto. Y
agradecido si, de los compañeros que como vos y otras estrellas fundantes de la
constelación popular y nacional dan peso y volumen a la discusión de ideas.
Forjado en la West Point
del peronismo 2.0 y aun cursando mi 3 año de cadete ramblero. Apenas un
burgues pequeño, pequeño. Mis mas sinceros saludos y respetos”. Exagerada
apreciación?,…si,..sin dudas. Pero los que en algun momento trabajamos con
imagen, sabemos que de eso se trata,….del lente,….de exageración de la
realidad, del recorte que hacemos en el encuadre para contar lo que queremos
contar. Y así fue como empezó algo que no entendí mucho. Pero la necesidad de
expresión supero al autocontrol y al tino. Las cosas estaban cambiando y de
forma pronunciadamente acelerada. Mi subjetividad colonizada necesitaba dejar
constancia de ese cambio profundo y colectivo. No termine los caminos
universitarios emprendidos, como nunca termino nada; casi como un martirio o
destino manifiesto de los fundadores, esos que empiezan algo pero que nunca
logran ver como termina o continua. La historia, para mi, la madre del
pensamiento, me enseño a registrar los hechos, esos cuyas consecuencias
atraviesan impunemente las décadas o siglos como burlándose de nuestra
incapacidad biológica para alcanzarlos, verlos, apreciarlos. El problema del
tiempo y la organización como forma de desafiarlo. Por suerte, tengo el inmenso
honor de haber vuelto a la militancia hace pocos meses. Es el anclaje
indispensable y necesario para cualquier desarrollo de comunicación política
efectivo. Sin ella, cualquier acción, queda condenada a la infertilidad. Así,
la vuelta al territorio…..después de haber visto a Herminio Iglesias quemando
el cajón, después de ver como se lo cogieron a alfonsin y de cómo le gustaba
ser cogido, después de ver las tapas de la revista JP anunciando la revolución
en patillas, después de entrenarme en el templo Shaolin de la Habana del Este entre
mutilados salvadoreños del Farabundo Marti, entre los cascotazos del Muro que
caían en las aulas de la escuela Julio Antonio Mella
alla en los primeros 90,….después de haber encontrado el unicornio y
devolverlo, después de ver al turco acabandonos en la boca,…después de haber
replegado a los estudios del cine, de la narración en imagen porque me habia
quedado sin palabras,....después de todo eso, llego Nestor……tengo el honor de
volver al territorio, base del poder real, de cualquier aspiración política. No
se muy bien si siga este essperimento entonces. La vinculación orgánica
añade peso y volumen a lo que intenta ser comunicado y el desafío se revela mas
complejo aun cuando de administrar esas tensiones se trata, el desbocado e
indómito carácter del bloguero que como criollo y payador, no conoce otro
soporte (2.0) que lo haga sentir libre, digna y humildemente individual y la
necesidad de “la orgánica” para dotar de eficacia a una herramienta que en si
misma poco significa, sino se la utiliza en su mas profundo sentido político.
He ahí la cuestión (?)….siempre me gusto decir eso. Sepan disculpar el cliché
de vanguardia y estas plumas casi decimonónicas que en estos comienzos de
siglo, azotan la ciudad puerto de manera inapelable. Capas y capitas, medias y
altas, medio chico, medio mediano, medio alto. Volver al territorio en barrio
binner. Casi barroco o casi un gótico tardío en el Rió de la Plata. Esa, es otra
historia.
17 nov 2011
16 nov 2011
15 nov 2011
14 nov 2011
homenaje a Cooke y 2 post peronistas
y los los 2 post peronistas que se llevaron los ojos...
Avisos parroquiales
Por Lucas Carrasco
He recibido mails y comentarios, pero más que nada desde Twitter y
Facebook (los comentarios a las páginas donde se alojan los artículos
-un blog, un diario, etc- tienden a disminuir mucho, porque se van, vía
el link al artículo, a las redes sociales. Las redes sociales, a su vez,
están en una competencia feroz por...parecerse. A esto se debe los
últimos cambios en Twitter -incorporando la pestaña "actividad"- y
Facebook- incorporando las suscripciones, que sirven para los que ya
tienen el máximo de 5.000 "amigos" y, por tanto, generalmente la gente
que más se iba a Twitter: freaks, en general- y google -que lanzó su red
social, no funciona, pero sí se autoposicionó, porque maneja el Page
Rank, como acortador de url y a su vez, renovó ésto, Blogger, el
principal servidor de blogs-. Los diarios, los argentinos, que son los
que más leo, van muy atrás con estos cambios en los comentarios, pero
bue, sigamos) quejándose por varios motivos, principalmente, porque no
funcionan los Feeds (creo que ya se arreglaron), porque no está el
blogrroll, o sea, el listado de links (Blogger dice que pronto va a
permitir agregarlos nuevamente, paciencia y disculpas) y porque no se
puede ver el blog correctamente en distintos tipos de "teléfonos" (el
teléfono hace rato que dejó de ser teléfono, y probablemente muchos
servicios confluyan, pronto, ahí: desde abrir el garage a pagar, tipo
tarjeta de crédito, en un bar, o bajar libros y ver el último capítulo
de una serie). Vamos por parte (tampoco, ahora que pienso, aparecen los
seguidores vía cuenta de gmail o yahoo: y yo era el que más tenía,
putos):
1) Feeds. Corazones, google compró Feedburner hace un tiempo. Desde ahí se podía enlazar a Twitter pero el servicio, casualmente, ja, andaba para la mierda. Yo lo saqué. Google registra que han bajado las lecturas vía feeds, que tenían la ventaja de leer, por ejemplo este blog, sin todos los gadgets (como el blogrroll, la publicidad, las imágenes pesadas, etc). El nuevo diseño de Blogger es en buena medida como un feed, por lo que es probable que éste último desaparezca en el corto plazo. De todos modos, ya está arreglado. Claro que no en todos los servidores de feeds se lee bien o funciona bien. Oh, casualidad, en el de google, sí. En otros tienen problemas, pero en el de google (verdadero monopolio) se ven bien los videos de Youtube -que es de google- y se lee rápido ellenguaje HTLM y CSS.
2) Las vistas dinámicas (le llamamos así al nuevo "diseño"), corazones, según el propio mandamás Google -el Magnetto del mundo- se ve bien acá.
1) Feeds. Corazones, google compró Feedburner hace un tiempo. Desde ahí se podía enlazar a Twitter pero el servicio, casualmente, ja, andaba para la mierda. Yo lo saqué. Google registra que han bajado las lecturas vía feeds, que tenían la ventaja de leer, por ejemplo este blog, sin todos los gadgets (como el blogrroll, la publicidad, las imágenes pesadas, etc). El nuevo diseño de Blogger es en buena medida como un feed, por lo que es probable que éste último desaparezca en el corto plazo. De todos modos, ya está arreglado. Claro que no en todos los servidores de feeds se lee bien o funciona bien. Oh, casualidad, en el de google, sí. En otros tienen problemas, pero en el de google (verdadero monopolio) se ven bien los videos de Youtube -que es de google- y se lee rápido ellenguaje HTLM y CSS.
2) Las vistas dinámicas (le llamamos así al nuevo "diseño"), corazones, según el propio mandamás Google -el Magnetto del mundo- se ve bien acá.
Este blog y sus
cambios, se deben a las nuevas tendencias de, por un lado, diseño, por
el otro, comercial. Veamos lo comercial: cada empresa hace lo imposible
porque no salgan de su propio mundo. Así por ejemplo, cada entrada
(sobrevalorada) que yo publico acá, replica en, por ejemplo, Facebook,
en la cuenta de, por ejemplo, Cachito Campeón de Corrientes, y la "pega"
en su muro, sin el link. Como Facebook no permite que sus páginas
personales sean "encontradas" a través de google, o de cualquier otro
buscador, las lecturas de ese artículo en la cuenta de Cachito no van a
ninguna estadística, lo cual disemina, por ejemplo, medir la eficacia o
alcance de ese escrito. ¿A qué viene ésto? A que, corazones, los diarios
-en particular, por ejemplo, el diario Clarín (lo cual no niega ni
incide en la discusión con el Grupo Clarín relativa a la concentración
DE LA PROPIEDAD de los medios)- están muy sobrevalorados en los análisis
de medios. Francisco De Narváez, por ejemplo, lo están cagando
bastante haciéndole creer que su diario tiene influencia. Página 12, con
su página de internet del siglo 19, goza de una prestigiosa
irrelevancia. Ni que hablar los medios de Spolsky, que tienen páginas de
internet escritas a máquina de escribir Remington (una curiosidad: por
medio de las estadísticas, sí que relativas, yo puedo saber que esto que
escribo será leído, en un 75% por jóvenes que nunca vieron una máquina
de escribir). Dos, tres grandes excepciones: 1) Perfil; la cloaca de
putas, idiotas y mentiras, más la editorial de socialdemócrata
dinamarqués de Fontevecchia,
es muy leído en internet.
Tanto por que no le importa que se le caguen de risa o hacer el ridículo, como porque invierten en estar al tanto del lenguaje y la cultura digital. Es cierto, son sólo o principalmente un diario digital, pero tienen ese mérito. De todas maneras, hay dos cosas en las que atrasan (y sino cambian, pagaran el costo andando los meses) 1) Los enlaces. El autoenlazarse tanto para aumentar de manera artificial las visitas como el pagerank (el algoritmo secreto con el que google decide el posicionamiento en los buscadores, pero tanto autoenlace hoy, para el mandamás google, es contraproducente) y los cliks engañosos-que se suma a la marca de fábrica de perfil: vender humo en el título o tapa y cuando uno va a la nota, no hay nada- disminuye el relacionamiento y por tanto la influencia en el mundo digital. Los enlaces deben ser de ida y vuelta, pero casi todos los diarios, incluso los más grandes del mundo, caen en esta avaricia que les juega en contra. El asunto es más complejo, porque tiene que ver con que el capital productor de contenidos todavía no le encontró la vuelta a internet, pero bue. 2)Los comentarios tienen el viejo sistema de no enlazar a nada y la moderación. ¿Para qué moderar si la página es una cloaca? No se puede esperar menos de los comentaristas. Resultado: 100 tarados con nombre falso que se insultan y contestan entre ellos.
Otra excepción es Infobae. El diario que, lejos, lejísimos, está a la vanguardia de las tendencias mundiales en tecnología, nuevo periodismo, convergencia de soportes, nuevo lenguaje, y más. Cierto, le juega muy en contra -hoy, acá, en argentina y sudamérica: en Europa o los países anglosajones sería un golazo- su ideología.
Otra es La Nación. Son todos viejos pelados, pero no boludos. No sólo organizaron la redacción digital más amigable con el mundo digital, se ve que invirtieron en hacerlo, sino que además, aplicaron la estrategia Morales Solá: en un lado son una sedita (por ejemplo, Morales Solá en TN) y en otro una furia resentida (Morales Solá en el diario La Nación en papel).
La Nación en papel, el domingo (el de mayor tirada de todos los diarios, pero especialmente en los que son "segundos diarios") escriben sus boludeces Mariano Grondona y Morales Solá; pero hay que notar que nunca las destacan en su versión en internet. En cambio, en internet destacan a Pagni, las notas firmadas por Enrique Pinti (no sé si las escribirá, porque yo he visto ahí palabras esdrújulas...muy sospechoso), al salame de Majul (no te voy a perdonar, Majul, disculpame) que es MUY divertido, y así. Incluso, por ahí escribe Mempo Giardinelli, se ve que querían salir del microclima (hasta a mí me pidieron que escriba, pero como luego no me pagaron y yo soy periodista militante, o sea, cobro por mi trabajo, a diferencia de mi amigo Nicolás Wiñazki que lo hace gratis, los mandé a la mierda, una noche, medio borracho). La Nación incorporó fotos grandes (muy de ésta plataforma de blogs, que es la que está de moda entre los diseñadores, y de dónde blogger se nutre para los cambios en las imágenes y la carga rápida y demás), carga rápida, formatos convergentes para teléfonos, y obviamente, les pasa lo mismo que a Perfil en los enlaces y comentarios. Aunque el formato de comentarios es bastante, y por lejos, mejor.
Varias de las notas de La Nación, las más destacadas en su página (que nunca aparecerán en las amarillentas páginas en papel) están hechas para viralizarlas. Es decir, impactar en internet.
Bueno, he simplificado mucho y a la vez escrito demasiado, después sigo con ésto.
3) Teléfonos: En los celulares más simples, la plantilla específica de este blog volvió a funcionar bien. Creo. En los blackberry hay un tema: google compite contra ellos (hay juicios en varios países) y tiene un código cerrado, como lo tiene blackberry, entonces está funcionando para la mierda. Sé como cambiarlo, pero hay que destrozar todo. Por ahora, voy a esperar un par de semanas o cuando me acuerde o cuando tenga tiempo. En los Iphone volvió a funcionar.
4) Este diseño actual -no me refiero al "diseño" en sentido formal, que es adrede bastante más que feo, sino al lenguaje tecnológico con el que opera- está pensado para cargar más rápido, agilizar la lectura y tornarse amigable (por usar una palabra, yo no quiero ser amigable con nadie, conchudo) con los nuevos lenguajes visuales con que se lee internet. Puede que al principio rompa un poco las bolas, como todo con los que uno tiene que acostumbrarse (excepto las novias: que son taaaaannnnnnn lindas al principio. Al principio) pero, ojito, corazón, no es que yo te quiera acostumbrar a vos a mi formato, sino que va en línea con los cambios de las páginas que leo y leés, o en línea con los cambios que vendrán.
Mi blog me divierte mucho así que lo voy a seguir. Hay quienes dicen que los blogs ya murieron. Yo no lo discuto, pero lo matizo. Uh, si me meto en éste tema no termino más...y tengo que trabajar, para vivir. Pero, a ver...
Este blog cada vez tiene más lectores, no menos. Y, de verdad, son muchos. En sí mismo eso no es, para escribir, un estímulo (y no me quiero hacer el humilde, no precisamente yo, que si quisiera hacerlo, no me saldría) ni se trata de ver quién la tiene más larga, pero objetivamente, en vez de menos, tengo más lectores. Algunos blogs que se fugaron a ser soportes de los diarios, vieron, al revés, disminuir sus lectores. Más allá de si eso es bueno o malo, es así.
Es cierto que las redes sociales se trituraron bastantes blogs. Obvio. Pero ninguna idea compleja puede expresarse brevemente. Con lo que, muchos blogs desaparecieron o se mudaron a redes sociales, el abanico de lectores se contrajo y especializó (concentración y especialización: dos características del saber en tiempos posmodernos, ¿porqué no iba a ocurrir acá, eh, chabón?) y, por último, lo que los marketineros, gente pelotuda si las hay, llama "fidelización del lector" nunca leería desde el mismo lugar paratextual a un Jorge Asís desde Twitter, sólo desde Twitter, de la misma manera. No, uno tiene que entrar en su página, tan elegantemente fea, para sentirse cómodo. Asís, además, tiene 20.000 seguidores en Twitter, quizás, un poco más que sus lectores diarios -lectores únicos, no visitas- en su página. Es simple, leer 140 caracteres, además de atropello (porque alguien lo retuiteó o por lo que sea) es más fácil que leer los 4000 caracteres de promedio que tienen sus notas.
Artemio López sostenía, en línea con la tesis de la muerte de los blogs, que había que escribir post (artículos) cortitos. Yo, sostengo lo contrario: para lo corto y fugaz están las redes sociales, para lo largo y complejo, los blogs. Por lo que, a pesar de las estrategias feroces que aplican las redes sociales para que los usuarios no se vayan de sus páginas, el mayor uso, es justamente como ordenador (un poco "editor"; donde cada persona cree y sueña con que edita lo que, culturalmente, consumirá) subordinado al lugar donde se reenvía.
O sea, chirolitas de Duhalde, se redujeron la cantidad de blogs, se aumentó la fidelidad y grado de especialización de los lectores, se aumentó la influencia (muchísimo, producto justamente de las redes sociales) y los blogs tienen larga vida. Entre otras cosas, por un factor que quienes entienden poco de este costado comunicacional y tecnológico, subestiman: una página de internet (como todo medio de comunicación, por otra parte) aumenta su valor con los años. Esto es largo y pesado de explicar, pero es así. Claro que es así siempre y cuando uno vaya, al costado, atento a los cambios. Adaptándose y arriesgando. Como son, por otra parte, las cosas más lindas de la vida.
Y listo.
Ya escribí mucho.
Ahora, a trabajar.
La puta madre.
Tanto por que no le importa que se le caguen de risa o hacer el ridículo, como porque invierten en estar al tanto del lenguaje y la cultura digital. Es cierto, son sólo o principalmente un diario digital, pero tienen ese mérito. De todas maneras, hay dos cosas en las que atrasan (y sino cambian, pagaran el costo andando los meses) 1) Los enlaces. El autoenlazarse tanto para aumentar de manera artificial las visitas como el pagerank (el algoritmo secreto con el que google decide el posicionamiento en los buscadores, pero tanto autoenlace hoy, para el mandamás google, es contraproducente) y los cliks engañosos-que se suma a la marca de fábrica de perfil: vender humo en el título o tapa y cuando uno va a la nota, no hay nada- disminuye el relacionamiento y por tanto la influencia en el mundo digital. Los enlaces deben ser de ida y vuelta, pero casi todos los diarios, incluso los más grandes del mundo, caen en esta avaricia que les juega en contra. El asunto es más complejo, porque tiene que ver con que el capital productor de contenidos todavía no le encontró la vuelta a internet, pero bue. 2)Los comentarios tienen el viejo sistema de no enlazar a nada y la moderación. ¿Para qué moderar si la página es una cloaca? No se puede esperar menos de los comentaristas. Resultado: 100 tarados con nombre falso que se insultan y contestan entre ellos.
Otra excepción es Infobae. El diario que, lejos, lejísimos, está a la vanguardia de las tendencias mundiales en tecnología, nuevo periodismo, convergencia de soportes, nuevo lenguaje, y más. Cierto, le juega muy en contra -hoy, acá, en argentina y sudamérica: en Europa o los países anglosajones sería un golazo- su ideología.
Otra es La Nación. Son todos viejos pelados, pero no boludos. No sólo organizaron la redacción digital más amigable con el mundo digital, se ve que invirtieron en hacerlo, sino que además, aplicaron la estrategia Morales Solá: en un lado son una sedita (por ejemplo, Morales Solá en TN) y en otro una furia resentida (Morales Solá en el diario La Nación en papel).
La Nación en papel, el domingo (el de mayor tirada de todos los diarios, pero especialmente en los que son "segundos diarios") escriben sus boludeces Mariano Grondona y Morales Solá; pero hay que notar que nunca las destacan en su versión en internet. En cambio, en internet destacan a Pagni, las notas firmadas por Enrique Pinti (no sé si las escribirá, porque yo he visto ahí palabras esdrújulas...muy sospechoso), al salame de Majul (no te voy a perdonar, Majul, disculpame) que es MUY divertido, y así. Incluso, por ahí escribe Mempo Giardinelli, se ve que querían salir del microclima (hasta a mí me pidieron que escriba, pero como luego no me pagaron y yo soy periodista militante, o sea, cobro por mi trabajo, a diferencia de mi amigo Nicolás Wiñazki que lo hace gratis, los mandé a la mierda, una noche, medio borracho). La Nación incorporó fotos grandes (muy de ésta plataforma de blogs, que es la que está de moda entre los diseñadores, y de dónde blogger se nutre para los cambios en las imágenes y la carga rápida y demás), carga rápida, formatos convergentes para teléfonos, y obviamente, les pasa lo mismo que a Perfil en los enlaces y comentarios. Aunque el formato de comentarios es bastante, y por lejos, mejor.
Varias de las notas de La Nación, las más destacadas en su página (que nunca aparecerán en las amarillentas páginas en papel) están hechas para viralizarlas. Es decir, impactar en internet.
Bueno, he simplificado mucho y a la vez escrito demasiado, después sigo con ésto.
3) Teléfonos: En los celulares más simples, la plantilla específica de este blog volvió a funcionar bien. Creo. En los blackberry hay un tema: google compite contra ellos (hay juicios en varios países) y tiene un código cerrado, como lo tiene blackberry, entonces está funcionando para la mierda. Sé como cambiarlo, pero hay que destrozar todo. Por ahora, voy a esperar un par de semanas o cuando me acuerde o cuando tenga tiempo. En los Iphone volvió a funcionar.
4) Este diseño actual -no me refiero al "diseño" en sentido formal, que es adrede bastante más que feo, sino al lenguaje tecnológico con el que opera- está pensado para cargar más rápido, agilizar la lectura y tornarse amigable (por usar una palabra, yo no quiero ser amigable con nadie, conchudo) con los nuevos lenguajes visuales con que se lee internet. Puede que al principio rompa un poco las bolas, como todo con los que uno tiene que acostumbrarse (excepto las novias: que son taaaaannnnnnn lindas al principio. Al principio) pero, ojito, corazón, no es que yo te quiera acostumbrar a vos a mi formato, sino que va en línea con los cambios de las páginas que leo y leés, o en línea con los cambios que vendrán.
Mi blog me divierte mucho así que lo voy a seguir. Hay quienes dicen que los blogs ya murieron. Yo no lo discuto, pero lo matizo. Uh, si me meto en éste tema no termino más...y tengo que trabajar, para vivir. Pero, a ver...
Este blog cada vez tiene más lectores, no menos. Y, de verdad, son muchos. En sí mismo eso no es, para escribir, un estímulo (y no me quiero hacer el humilde, no precisamente yo, que si quisiera hacerlo, no me saldría) ni se trata de ver quién la tiene más larga, pero objetivamente, en vez de menos, tengo más lectores. Algunos blogs que se fugaron a ser soportes de los diarios, vieron, al revés, disminuir sus lectores. Más allá de si eso es bueno o malo, es así.
Es cierto que las redes sociales se trituraron bastantes blogs. Obvio. Pero ninguna idea compleja puede expresarse brevemente. Con lo que, muchos blogs desaparecieron o se mudaron a redes sociales, el abanico de lectores se contrajo y especializó (concentración y especialización: dos características del saber en tiempos posmodernos, ¿porqué no iba a ocurrir acá, eh, chabón?) y, por último, lo que los marketineros, gente pelotuda si las hay, llama "fidelización del lector" nunca leería desde el mismo lugar paratextual a un Jorge Asís desde Twitter, sólo desde Twitter, de la misma manera. No, uno tiene que entrar en su página, tan elegantemente fea, para sentirse cómodo. Asís, además, tiene 20.000 seguidores en Twitter, quizás, un poco más que sus lectores diarios -lectores únicos, no visitas- en su página. Es simple, leer 140 caracteres, además de atropello (porque alguien lo retuiteó o por lo que sea) es más fácil que leer los 4000 caracteres de promedio que tienen sus notas.
Artemio López sostenía, en línea con la tesis de la muerte de los blogs, que había que escribir post (artículos) cortitos. Yo, sostengo lo contrario: para lo corto y fugaz están las redes sociales, para lo largo y complejo, los blogs. Por lo que, a pesar de las estrategias feroces que aplican las redes sociales para que los usuarios no se vayan de sus páginas, el mayor uso, es justamente como ordenador (un poco "editor"; donde cada persona cree y sueña con que edita lo que, culturalmente, consumirá) subordinado al lugar donde se reenvía.
O sea, chirolitas de Duhalde, se redujeron la cantidad de blogs, se aumentó la fidelidad y grado de especialización de los lectores, se aumentó la influencia (muchísimo, producto justamente de las redes sociales) y los blogs tienen larga vida. Entre otras cosas, por un factor que quienes entienden poco de este costado comunicacional y tecnológico, subestiman: una página de internet (como todo medio de comunicación, por otra parte) aumenta su valor con los años. Esto es largo y pesado de explicar, pero es así. Claro que es así siempre y cuando uno vaya, al costado, atento a los cambios. Adaptándose y arriesgando. Como son, por otra parte, las cosas más lindas de la vida.
Y listo.
Ya escribí mucho.
Ahora, a trabajar.
La puta madre.
La vida en un dia
Post de Ramble
El 24 de julio del 2010, miles de personas alrededor del mundo grabaron videos sobre un día de sus vidas para formar parte de Life in a Day (La vida en un día), un formato experimental para documentar un solo día en la Tierra.
A partir de más de 4,500 horas de video subido a
YouTube, el director ganador de un Oscar, Kevin Macdonald y el productor
ejecutivo, Ridley Scott, crearon un film de 90 minutos que ofrece una
visión notable de la excentricidad de la existencia , mostrando la
simultaneidad de múltiples vidas y acontecimientos.
El 24 de julio de 2010 es un día que pasará a la
Historia, al menos porque es la primera vez en que una película recoge
lo que sucedió durante esas 24 horas a lo largo y ancho del planeta.
Aquí pueden verlo en el video de apertura. (ramble tamble post)
10 nov 2011
berlin, paris y el recuerdo de Compiègne, 1940
el comienzo en la frontera polaca 1939 aunque la foto podria ser del Anschluss |
Altos funcionarios y expertos de los Gobiernos de Nicolas Sarkozy y Angela Merkel aceleran las gestiones para formar un núcleo duro dentro del euro. La gravedad de la crisis de la deuda soberana ha desatado todas las alarmas de Berlín y París, que están dispuestos a todo para superar la crisis. Representantes de ambos Gobiernos habían consultado esta iniciativa al máximo nivel con los países más próximos al área del antiguo marco y del Benelux (Holanda, Bélgica, Luxemburgo), según fuentes conocedoras de estas conversaciones.
mariscal Petain |
En estos trabajos preparatorios, París cuenta con la inestimable ayuda de ex altos funcionarios europeos para analizar los aspectos ligados a las necesarias reformas del Tratado. Otras fuentes apuntan a que en una primera etapa el núcleo duro del euro, que promueven Francia y Alemania, estaría formado por un total de nueve países entre los que se incluiría España, que en las últimas semanas ha ganado una notable credibilidad y se ha distanciado claramente de Italia.
París y Berlín estiman que solo deben compartir la moneda única los países que son capaces de mantener a rajatabla la disciplina fiscal.
vengan a mi con confianza invita Petain |
Durante la entrevista televisiva en la que Sarkozy explicó a los franceses los resultados de la última cumbre de Bruselas, sus alabanzas a la solidez y el rigor de “los amigos alemanes” fueron continuas, y Sarkozy enunció que la estrategia para sacar a Europa del pantano pasaba por cumplir las condiciones del pacto de estabilidad y por reforzar aún más los vínculos con Berlín. “Juntos formaremos un gran equipo que partirá a la conquista de nuevos mercados”, llegó a afirmar.
Entre promesas de ilimitada prosperidad, Sarkozy hizo saber también aquella noche a sus paisanos, si bien de forma más colateral y elusiva, que los dos países habían decidido coordinar y armonizar sus leyes financieras y sus presupuestos. Dada la posición de fuerza de Alemania, el reconocimiento implica que las cuentas y las reformas francesas van a ser vigiladas desde este momento por Berlín, que por cierto ayer mismo felicitó oficialmente al Elíseo por el anuncio de las medidas antidéficit aprobadas por París este lunes.
afiche de la francia ocupada |
La iniciativa de Merkel y Sarkozy ha provocado una lógica irritación al presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, que ha visto cómo a medida que ganaba fuerza el directorio franco-alemán, la Comisión iba perdiendo relevancia.
Barroso reaccionó finalmente ante la peligrosa deriva de división interna de la UE, que se llevaría por delante medio siglo de método comunitario. Barroso eligió como escenario para su toma de posición la Fundación Adenauer de Berlín y una fecha triplemente emblemática: el fin de imperio alemán que significó el final de la I Guerra Mundial en 1918; la noche de los cristales rotos contra los judíos en 1938 y la caída del muro de Berlín en 1989. El presidente de la Comisión se postuló frontalmente contra la Europa a dos velocidades que impulsa el directorio de Merkel y Sarkozy.
Barroso advirtió ayer de que “una unión dividida no funcionará”. A su juicio esto se aplicaría a “una unión con un núcleo integrado y una periferia desconectada; una unión dominada por un malsano equilibrio de poder o un tipo de directorio”. Para Barroso todos estos supuestos “son insostenibles y no funcionarán a largo plazo”.
En este contexto, el ex primer ministro portugués aseguró que la Comisión “defenderá tenazmente su papel como garante de los intereses de todos los Estados miembros y de la integridad del mercado único y de la moneda única”. Y recordó que solo dos Estados tienen el derecho a no adoptar el euro (Reino Unido y Dinamarca) y que según los Tratados establecen que el acceso al euro “es una obligación y no un derecho”.
También manifestó su rechazo a la división de la zona euro el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, quien manifestó ayer que “el objetivo es mantener unida la eurozona, con todos sus 17 miembros a bordo”.
Barroso presentará varias medidas antes de fin de mes, entre las que destaca la profundización de la vigilancia presupuestaria. La nueva regulación permitirá “a la Comisión y al Consejo examinar los proyectos de presupuestos nacionales y adoptar una opinión sobre ellos antes de su adopción por los Parlamentos nacionales, exigiendo una segunda lectura en casos graves”.
Además “la Comisión controlará la ejecución del presupuesto y si es necesario sugerirá enmiendas a los largo del año”, según detalló el presidente.
Igualmente significativa será la presentación de un Libro Verde sobre la creación de eurobonos, una iniciativa reclamada por numeroso dirigentes europeos de la mayoría de partidos. Se tratará de unos “bonos de estabilidad” que estarán “diseñados de manera que compensarán a aquellos que cumplen las normas y no lo harán a los que no las cumplen”.
8 nov 2011
7 nov 2011
trabajadores independientes, mercado laboral e informalidad en argentina......rogelio roldan
La
mayor incidencia del empleo independiente se registra en las regiones más
pobres del país. Esta evidencia parece sugerir que tales actividades se
desarrollan como mecanismo de respuesta frente a la debilidad en la generación
de ocupaciones asalariadas.
Respecto
de la composición y las características del empleo independiente, puede
observarse que la mayoría de los individuos se desempeña como cuentapropista no
profesional y pertenece al sector informal.
Frente
a la insuficiencia de empleos en relación de dependencia, en un contexto de
baja cobertura de mecanismos de protección social, la inserción laboral como
trabajador independiente parece ser, en la mayoría de los casos, la única
alternativa que permite generar los ingresos para la subsistencia del trabajador
y de su familia. Como se dijo anteriormente, el carácter voluntario o
involuntario del empleo autónomo es uno de sus aspectos más ampliamente
debatidos. Sin embargo, si se toman en cuenta las especificidades del mercado
de trabajo local, otro aspecto central que se suma es si realmente estas
decisiones se toman en un contexto donde existe más de una opción laboral o si
la aparente decisión en verdad representa la única oportunidad que tienen los
trabajadores para obtener ingresos.
En
este sentido, la evidencia empírica encontrada para el caso de Argentina parece
avalar esta segunda posibilidad, por lo menos para un conjunto significativo de
trabajadores independientes.
Los
menores ingresos laborales que obtienen los trabajadores independientes y, en
especial, los cuentapropistas, se combinan con una mayor inestabilidad laboral,
lo que redunda en una fuerte vulnerabilidad frente
a los riesgos sociales, dada la dificultad que estos trabajadores tienen para
acceder a esquemas contributivos o no contributivos de protección social. En
este sentido, los asalariados registrados en la seguridad social constituyen el
grupo con mayor estabilidad en el puesto de trabajo, mientras
que los no registrados exhiben la menor estabilidad y los trabajadores
independientes se ubican en una situación intermedia.
Sin
embargo, un aspecto particularmente relevante, especialmente para los países
menos desarrollados, se vincula con cuál es el verdadero escenario de opciones
al que se enfrenta un trabajador, teniendo en cuenta restricciones como el
exceso global de oferta laboral, el desarrollo de los puestos precarios e
informales y la escasa o nula cobertura del seguro de desempleo u otros
mecanismos de sostenimiento financiero mientras se busca empleo. En este
sentido, puede argumentarse que la inserción
laboral como trabajador independiente constituye, para muchos individuos, la única oportunidad de generar algún tipo de ingreso que les permita subsistir ante la
falta de acceso a un empleo asalariado. La ausencia de cobertura frente al
desempleo, por otra parte, también contribuiría a que un individuo que pierde su
empleo deba recurrir rápidamente a este tipo de actividades, hasta tanto consiga
un puesto en relación de dependencia que reúna mejores características.
Aqui el trabajo completo ( http://www.oit.org.ar//documentos/trab_indep.pdf )
4 nov 2011
3 nov 2011
hola señora,...el gobierno federal hace justicia...
...tambien en barrio binner
Las decisiones reseñadas son también señales, en especial a “grandes
jugadores” del sistema económico. Se emiten desde la envidiable (aunque
siempre asediada) legitimidad presidencial. La sorpresa y la premura
forman parte del paquete. No hay tiempo para perder cuando las
correlaciones de fuerza son propicias.(aqui la nota)
1 nov 2011
leyendo clasicos.....que pluma General !
Apuntes
de Historia Militar
Por : Mayor Juan Domingo Peron
Capítulo 1. LA HISTORIA MILITAR
1. OBJETO DEL ESTUDIO DE LA HISTORIA MILITAR
Su objeto, según lo define Balk, es:"conducir la guerra con experiencia ajena, porque la propia es difícil poderla cosechar, cuesta cara y llega tarde".
Por medio de su estudio buscamos contacto con los acontecimientos mismos, llegamos a cada caso concreto y de él sacamos enseñanzas de todo orden. En tal concepto, la historia militar comprende las actividades guerreras en todos los órdenes: material, espiritual, intelectual y físico. Ella estudia por eso los hechos, así como los conductores, los ejércitos, los medios, las circunstancias de tiempo y lugar, las organizaciones, las doctrinas y los factores de todo orden que intervienen en ellos.
A. ACTIVIDADES QUE COMPRENDE
Grandes son , entonces, las actividades que su estudio comprende, pudiendo considerarse que la guerra, en su concepto más integral, está abarcada por los estudios históricos militares.
La estrategia recibe de ellas las enseñanzas y cristaliza sus principios, preceptos y reglas, que han de servir de base para su aplicación en la conducción de la guerra misma. Ejercita también esa misma teoría en la aplicación de los numerosos casos que la historia militar le brinda. Extrae también del conocimiento de los grandes conductores de la Historia, las virtudes que es necesario desarrollar e imitar para preparar a los generales del futuro.
La táctica recibe asimismo sus principios y formas de ejecución, sancionadas en los numerosos campos de batalla que la Historia pone a disposición y le permite deducir los del futuro dentro de un límite de probabilidades.
La organización tiene en la historia militar las enseñanzas sucesivas que la han hecho evolucionar en servicio de una mejor conducción, que resumen su finalidad fundamental: servir a la estrategia y a la táctica. En fin, todas las materias afines a la guerra reciben algún beneficio de la historia militar.
B. FORMA DE SU ESTUDIO
Si compleja se manifiesta la guerra en su ejecución, no lo es menos en su consideración y estudio. Por eso la historia militar que la trata necesita recurrir a una minuciosa metodología, que fije una finalidad precisa y establezca las líneas generales a seguir para alcanzarla. Según sea esa finalidad, será la forma en que se estudie.
De acuerdo con la orientación que nuestra Escuela Superior de Guerra fija para esta materia, ella debe comprender los estudios estratégicos. De ello se infiere que la materia debe comprender el estudio de la conducción de ejércitos.
Debe entenderse entonces que, siendo la finalidad de nuestra materia el estudio de los grandes problemas que la guerra plantea, será necesario ir a los más fundamentales, desechando las pequeñas cosas. Con ese objetivo y a fin de evitar interferencias con otras materias, delimitaremos nuestras actividades en la forma que determina el programa de la materia. Ahora bien: nuestra acción comprende a la totalidad del campo estratégico y como el campo táctico está así comprendido en aquél, reduciremos nuestra intervención hasta la batalla misma y dentro de ella lo que corresponda al Comando Superior.
Por tratarse de alumnos cuya generalidad por primera vez inician estos estudios en forma regular, la enseñanza a impartir comenzará por las cuestiones más elementales, siguiendo en forma progresiva de lo fácil a lo difícil y de lo simple a lo complejo. En cuanto se refiera a la metodología, puede consultarse el apartado Nº 3 de este capítulo.
C. IMPORTANCIA DE SU ESTUDIO Y OPINIÓN DE CONDUCTORES Y AUTORES MILITARES CLÁSICOS
Actualmente se ha reconocido la importancia que la historia militar tiene en el aprendizaje de la conducción de la guerra. Las opiniones más autorizadas así lo afirman:
Napoleón: "Las altas partes de la guerra no se adquieren sino por la experiencia y por el estudio de la historia militar de las guerras de los grandes capitanes".
Federico II: "Los grandes ejemplos y los grandes modelos educan al militar".
Clausewitz: "Los ejemplos históricos aclaran todo, dando además un gran valor a la historia militar".
Schlieffen: "Para ser buen conductor de ejércitos es esencial el conocimiento de la historia militar, lo que antiguamente era fácil siguiendo en el séquito de un gran capitán, pero hoy es preciso concretarse a bibliografías".
Balk: "Conducir la guerra con experiencia ajena, porque la propia es difícil poderla cosechar, cuesta caro y llega tarde".
Jomini: "Buenas teorías basadas en principios verdaderos y justificados por los hechos son, en nuestra opinión, agregadas a las lecciones de la Historia, la verdadera escuela del mando".
Foch: "Mientras más falta hace la experiencia de guerra a un ejército, dice el General Peucker, tanto más necesita recurrir a la historia de guerra, como instrucción y como base de esa instrucción".
Sobre la oportunidad en que deben comenzar estos estudios, podríamos responder, de una manera general, en que ellos deben iniciarse con la profesión misma. La vida de un hombre es relativamente corta para abarcarlos y de ello se infiere que no existe tiempo para perder.
Un prejuicio, sumamente perjudicial, que muestra a los jóvenes oficiales como faltos de experiencia y de juicio para tratar los grandes problemas de la guerra y su condición, ha imperado en algunas partes con resultados funestos. No debe olvidarse que Napoleón, Alejandro, Ciro, etc., fueron grandes conductores ya en su adolescencia. Contra ese mismo prejuicio parece reaccionar el conde Schlieffen: "Para conseguir su objetivo consideró que hasta los oficiales jóvenes se ocuparan en la solución de grandes problemas operativos. Al plantear los temas para los tenientes 1ros, a prueba en el Estado Mayor solía ir muy lejos en ese sentido; pero, indudablemente, era acertado su pensamiento básico. El que no se prepara desde temprano para la conducción operativa no se hallará en condiciones a una edad más avanzada, cuando sea llamado a desempeñarse como conductor o como colaborador. (Del libro Cannas.)
2. ENSEÑANZA DE LA GUERRA POR LA HISTORIA MILITAR
El estudio de la guerra por la Historia tiene provechos positivos, que enumeramos en forma general, para después tratarlos en detalle al referirnos a la metodología. Ellos son, en síntesis:
1. Capacidad y predisposición del espíritu para encarar los problemas en el campo estratégico.
b) Examen minucioso de los acontecimientos históricos militares buscando el contacto con la realidad de la guerra.
2. Aplicación y deducción por el estudio crítico-histórico-militar de los principios, reglas o preceptos prácticos de aplicación en el campo estratégico.
3. d) Previsión y deducciones, dentro de las posibilidades del momento, sobre las probables características de la guerra futura.
Es natural que tan elevada finalidad no puede ser alcanzada sino por el paciente y continuado estudio de muchos años. A ella será menster agregar la necesidad de un método, sin el cual grandes energías se pierden y aun llegan hasta malograrse. Esta, como cualquier disciplina científica, necesita un plan que escalone los sucesivos objetivos a alcanzar, con el objeto de acumular progresivamente nuevos bagajes cuando los conocimientos adquiridos posibilitan comprender nuevas y más profundas cosas.
Para nuestro curso estableceremos el primer objetivo, ya que de por sí amplio para empezar, pero que, resumiendo las cuestiones más fundamentales, nos capacitará para comenzar el estudio regular y metódico de las campañas de los grandes conductores.
Tal objetivo está representado por:
1. Conocimientos teóricos sobre la conducción de la guerra, tratados desde un punto de vista objetivo.
2. Ejercitación en casos concretos, a fin de adquirir la "cualidad de aplicación"de la teoría aprendida a los casos particulares.
3. c) Estudio crítico militar, para desarrollar el juicio crítico, capacidad de análisis y criterio propio y preparar la más difícil cualidad del conductor: "crear en estrategia".
3. METODOLOGÍA DEL ESTUDIO DE LA HISTORIA MILITAR
A. LA ENSEÑANZA DE LA GUERRA. SU EXTRAVÍO DE LARGO TIEMPO. SUS CAUSAS
"Enseñanzas de la guerra ha habido en todos los tiempos", afirma el Mariscal Foch. En efecto: Jenofone, ya en su Ciropedia, desarrolla sus ideas sobre este tema más que sobre los hechos de su héroe. Alejandro recibe de Fiolopemen y su padre el general Amílcar Barca. Otros la han adquirido siguiendo agregados a los ejércitos durante la campaña misma.
La tendencia moderna del estudio de la guerra se dirige hacia la historia militar. De ella extrae las enseñanzas integrales en la parte moral, intelectual y material.
Durante largo tiempo la enseñanza de la guerra sufrió un extravío, como consecuencia de una materialización de los factores que en ella intervienen. A este respecto dice Foch: "Se suprimían las cantidades morales en cuanto a causa, se las suprimía también en cuanto a efecto. La derrota pasaba entonces a ser el producto de las cantidades materiales, mientras que la veremos ser un resultado puramente moral, el de un sentimiento, el descorazonamiento, el terror producido en el vencido por el empleo combinado de las fuerzas morales y materiales puestas simultáneamente en acción por el vencedor.
"La teoría llegaba entonces a la conclusión: Para ser victorioso hay que contar con el número, con la fuerza, con mejores fusiles, mejores cañones, bases, posiciones, etc. la Revolución, Napoleón sobre todo, iban a contestarle: No somos más numerosos, no estamos mejor armados y, sin embargo, nos batimos, porque, por medio de nuestras combinaciones; haremos el número en el punto decisivo; por medio de nuestra energía, de nuestra instrucción, de nuestras armas, fuegos y bayonetas, llegaremos a sobreexcitar nuestra moral y a quebrantar la vuestra". "Es así cómo esas teorías, que se habían creído hacer exactas basándolas en datos ciertos y matemáticos, tenían la desgracia de ser radicalmente falsas, porque habían omitido la premisa más importante del problema, ya que se tratase del mando o de la ejecución, la que inspira el tema, lo hace vivir: el hombre, con sus facultades morales, intelectuales, físicas; porque tendía a constituir la guerra en ciencia exacta, desconociendo su naturaleza misma de "drama espantoso y apasionado".
De ahí provinieron esos sistemas de guerra empleados en los últimos siglos anteriores a Napoleón. "Semejantes teorías llegaban a las peores consecuencias. La enseñanza de las escuelas militares era la primera, pues sólo se preocupaba de la materia. De ahí nacían esos estudios exclusivos del terreno, de la fortificación, del armamento, de la organización, que sólo tocan la parte terrestre del arte. En cuanto a la parte divina, la que resulta de la acción del hombre, se la tomaba desde tan alto que no se podía ni comprenderla ni explicarla. Apenas si se la entrevía en los estudios históricos, tratados a grandes brochazos, de la Historia a la manera de Alejandro Dumas: series de hazañas extraordinarias inexplicables, si no se admitía la existencia de causas misteriosas, hijas del prodigio o de la fatalidad, como ser el genio incomprensible del Emperador o su estrella".
Pero entonces la enseñanza conducía fatalmente al fetichismo o al fatalismo, a la negación del trabajo, a la nulidad de una cultura intelectual, a la pereza del espíritu.
Se nacía con dotes o sin ellas. Se tenía la chispa sagrada o no se la tenía.
Era menester además ir al campo de batalla para saberlo.
Esta falsa escuela llegó hasta el siglo XVIII, pero los prusianos reaccionaron contra ella y prepararon su victoria del 70 con espíritus formados en la enseñanza de la Historia, el estudio de casos concretos, ya que desde el comienzo del siglo era de ese modo que Sharnhorts, Willisen y Clausewitz habían formado el comando del ejército prusiano.
Para conocer y comprender la guerra no se habían concretado con girar alrededor de la herramienta que la hace, demostrar las partes materiales, sin tener en cuenta al hombre. Habían estudiado el libro de la Historia, concienzudamente analizada, un ejército, tropas en movimiento y en acción, con sus necesidades, sus pasiones, sus debilidades, sus sacrificios, sus capacidades de todo orden: "lejos de ser una ciencia exacta, la guerra es un drama espantoso y apasionado". Esa era la esencia del tema por dilucidar, así como también el punto de partida de un estudio racional.
B. LA ESCUELA DE LA GUERRA, POR SI RESULTA INSUFICIENTE
La guerra es, sin duda, una fuente de experiencia inagotable para aprender la conducción de sus más variados aspectos. Algunos han sostenido también que "la guerra sólo se aprende por la guerra misma". Lejos de nuestro ánimo el desconocer la importancia que puede tener la experiencia que se adquiere frente a un enemigo real y el temple especial que da al carácter el tomar resoluciones en medio de la emoción que producen los hechos; reconocemos, en cambio, la imposibilidad de emplear la guerra misma para instruirnos los unos a los otros.
El General Foch, refiriéndose a esto mismo, afirma: "es insuficiente porque no nos prepara para las primeras acciones, las más decisivas, sin embargo, de la próxima guerra. La campaña estaría terminada cuando nuestra instrucción empezaría, pero ¿ con qué resultado y a que precio? Desgraciados, sin duda.
* Es, pues, esencial no falsear el sentido en el alcance de semejante enseñanza.
* Sin ir más allá de las mulas del Mariscal de Sajonia, hacer la guerra sin inteligencia y sin reflexión no despierta idea sobre los principios que la rigen, aun cuando sólo se tratara del establecimiento de una línea de puestos avanzados, de la defensa de un río, de una frontera o del papel de una vanguardia. La gravedad de las situaciones no trae consigo la luz ni la improvisación feliz. Generalmente, aun apaga parcialmente los espíritus cultivados. Es, pues, con facultades propias que hay que partir para hacer la guerra, aun para comprenderla".
La realidad del campo de batalla es lo que no se puede estudiar; sencillamente, se hace lo que se puede para aplicar lo que se sabe. Por lo tanto, para poder un poco hay que saber mucho y bien.
Esto nos explica, en 1866, la debilidad de los austríacos, que debieron haber sido instruídos por la guerra de 1859, frente a los prusianos, que no habían combatido desde 1815. Los primeros hicieron la guerra sin comprenderla ( como los franceses de 1870, que, sin embargo, habían guerreado bastante); los segundos la comprendieron sin hacerla, pero la habían estudiado.
C. FUNDACIÓN DE UNA ENSEÑANZA RACIONAL; SU BASE: LA HISTORIA
Planteado el problema de la enseñanza de la guerra y descartadas las formas absolutas que antes mencionamos: ya sea el estudio positivista de una teoría científica que descartaba el elemento vivo de la guerra o una enseñanza vivida de la misma, llegamos a la necesidad de crear. Para ello será necesario no apoyarse sólo en los datos positivos, que son incompletos, ni en las condiciones morales, ya que éstas son forzosamente variables e indeterminadas, ni seguir un proceso imaginativo por simple razonamiento. Es necesario crear apoyado en los hechos mismos. Es necesario ir entonces a los hechos recurriendo a la historia militar, para comprender el fenómeno complejo de la guerra. En ella tomar los hechos unos después de otros, considerarlos en sus numerosos aspectos, compenetrarse de sus más insignificantes detalles, esto en medio de las circunstancias en que se desarrollaron. El estudio así encarado tiende a dar un resultado de enseñanza integral, ya que los hechos generalmente no tienen desperdicios, si ha de considerárselos en todo su verdadero valor. Ello ha creado la necesidad de una metodología en el estudio de la historia de la guerra y que ensayamos al final de este capítulo.
Del conjunto de esos minuciosos estudios es que nació la enseñanza de la guerra, teniendo como base la Historia.
Mientras más hace falta la experiencia de la guerra a un ejército- dice el General Peucker- tanto más necesita recurrir a la historia de guerra, como instrucción y como base de esa instrucción. Aunque la historia de la guerra no este en condiciones de reemplazar la experiencia adquirida, puede, sin embargo, prepararla. En la paz pasa a ser el verdadero medio de aprender la guerra y de determinar los principios fijos del arte de la guerra.
D. TEORÍA DE GUERRA Y DOCTRINA DE GUERRA
Hemos afirmado la existencia de una forma de enseñanza nacida de la Historia y llamada a desarrollarse por nuevos estudios históricos.
¿Cuál es esa forma? Dejemos contestar al Mariscal Foch: "Se la dedujo en forma de una teoría de guerra que se puede enseñar y que se os enseñará y en forma de una doctrina que se os enseñará a practicar".
Estas palabras deben entenderse como la concepción y la puesta en práctica, no de una ciencia de la guerra o de un dogma cerrado, lote de verdades intangibles fuera de las cuales no había más que herejía, pero sí cierto número de principios, indiscutibles cuando han sido bien establecidos, de aplicación variable según las circunstancias, es lo racional, pero siempre orientada, sin embargo, en un mismo sentido, el sentido objetivo.
La doctrina se prolongará en las altas esferas de la guerra gracias al desarrollo de las facultades por un mismo modo de ver, de pensar y de obrar, llevando más o menos lejos, según el valor de cada uno; constituyendo, sin embargo, una disciplina de los espíritus, común a todos.
La doctrina de la guerra está entonces destinada a dar la indispensable cohesión moral e intelectual de los comandos, armando criterios, voluntades y sentimientos.
<<Coloca a todos en un mismo punto de partida inicial de sus apreciaciones básicas. Ella lleva tácticamente el consejo o la recomendación en síntesis del Alto Comando. Sirve como eje principal de todas las grandes y pequeñas decisiones. Entrando profundamente en ella se descubre el por qué de las tendencias en los procedimientos derivados de las reglas de la guerra y que se encuentran en los reglamentos. La doctrina de guerra aparece así como la legítima matriz en que se gesta la estrategia y la táctica nacional.>> ( Teniente Coronel Cernadas ) Al tratar << planes de operaciones>> veremos en detalle de dónde salen las bases para la formación de la doctrina de guerra.
La doctrina de guerra es esencialmente nacional y diferente en cada caso, es la orientación única guía la preparación de todas las fuerzas vivas de la nación organizadas militarmente para una guerra y muy especialmente a los Comandos, a quienes guía hacia la dirección más conveniente en lo operativo y en lo táctico.
Por eso la doctrina de guerra comprende a su vez la doctrina estratégica y la doctrina táctica.
La doctrina estratégica corresponde a los Comandos Superiores y ella se expresa y resume en instrucciones, directivas y reglamentos para la conducción y empleo de las grandes unidades.
La doctrina táctica corresponde a los Comandos inferiores y se encuentra expresada en los reglamentos tácticos.
E. LA TEORÍA COMO BASE DEL ESTUDIO
¿ Existe en realidad una teoría de guerra?
"Primeramente, ciencia o teoría- afirma Dragomirow- son dos cosas bien diferentes, porque todo arte puede y debe tener su teoría, pero sería absurdo querer hacerla una ciencia. Nadie pretendería hoy pensar que pueda haber una ciencia de la guerra. Sería un absurdo tan grande como una ciencia de la poesía, de la pintura o de la música. Pero esto no quiere decir, de modo alguno, que no exista una teoría de la guerra, así como existe una para las artes liberales y pacíficas. No es, pues, esa teoría la que hace los Rafaeles, los Beethovens, los Goethes, pero ello pone a su disposición una técnica sin la cual les sería imposible elevarse a las cimas que éstos alcanzan."
"La teoría del arte de la guerra no tiene la pretensión de formar Napoleones, pero procura el conocimiento de las propiedades de las tropas y del terreno. Señala los modelos, las obras maestras realizadas en el campo de la guerra y con ello allana las vías de los que la naturaleza ha dotado de capacidades militares."
Ella no permite al hombre tener la tranquilidad de pensar que sabe lo referente a es asunto, mientras que sólo conoce una parte. Recetas para crear obras maestras, como Austerlitz, Friedland, Wagram, para conducir campañas como la de 1799 en Suiza o librar batallas como Königgrätz, he ahí lo que la teoría es incapaz de dar. Pero presenta esos modelos como temas de estudio a la meditación de los hombres de guerra y esto no para los que imiten servilmente, sino para se compenetren de su espíritu y para que se inspiren en ellos.
Si la teoría de guerra se ha extraviado es porque muy pocos tácticos habían visto la guerra.
Existe, pues, una teoría de guerra- dice Mariscal Foch- que en primer término comporta los siguientes principios:
Principio de la economía de las fuerzas.
Principio de la libertad de acción.
Principio de la libre disposición de las fuerzas.
Principio de la seguridad, etc.
Se ha discutido la existencia de esos principios y en seguida su fundamento y, sin embargo, Napoleón ha escrito: <<Los principios de la guerra son los que han guiado a los grandes capitanes, cuyos altos hechos no ha trasmitido la Historia.>>
Lloyd, asimismo, dice: "Por carecer de principios seguros y determinados se cae en cambios continuos, ya se trate de organización, de formación o de maniobras."
Otro tanto expresa el Mariscal Bugeaud: "Existen pocos principios absolutos, pero hay algunos. Cuando se trata de establecer un principio sobre la guerra, inmediatamente gran número de oficiales creen resolver la cuestión diciendo: todo depende de las circunstancias, según cómo sople el viento hay que orientar la vela. Pero si de antemano no sabéis la vela o la forma de vela que conviene a tal o cual viento, ¿Cómo podréis orientarla según el tiempo?"
"Buenas teorías-dice Jomini,- basadas en principios verdaderos y justificados por los hechos, son, en nuestra opinión, agregados a las lesiones de la Historia, la verdadera escuela del mando. Si ellas no hacen un grande hombre, porque los grandes hombres se hacen solos, cuando las circunstancias lo favorecen, forman por lo menos jefes bastante hábiles para desempeñar perfectamente puestos de segunda fila, bajo órdenes de grandes generales."
"Podemos, pues, con razón- termina Foch,- llegar a la conclusión: El arte de la guerra, como todos los otros, tiene sus teorías, sus principios o bien no sería arte." Aceptada la existencia de la teoría de guerra, es natural que aceptemos que ella debe representar la base de nuestros estudios. Es entonces con su conocimiento que entraremos a la Historia y a sus acontecimientos. Ella representará las armas con que nos defenderemos ante los problemas que la realidad plantea en el campo dela historia de guerra, los elementos de juicio para juzgar y la base para crear.
Sin embargo, es necesario precaverse contra un absolutismo siempre perjudicial en materia de guerra. Es necesario aplicar esa teoría, más que poseerla. <<La enseñanza de los principios- dice Foch- no busca un resultado platónico de erudición: poblar el espíritu de verdades nuevas y ciertas." "La guerra es, ante todo, un arte sencillo y todo de ejecución." (Napoleón.) Conocer los principios, si no se sabe aplicarlos, a nada conduce. En la guerra el hecho predomina sobre la idea, la acción sobre la palabra, la ejecución sobre la teoría.
Sería vana la enseñanza que se detuviera en la idea, en la palabra, en la teoría y que no llegara a la aplicación de los principios. Así, más allá de saber, aspira a poder; más allá del conocimiento de los principios, persigue su aplicación constante, única enseñanza capaz de desarrollar el juicio, el carácter, la facultad de obrar racionalmente y, por lo tanto, eficazmente, como se verá más adelante. Pero para poder es necesario saber; además de la confianza que ese saber implica para su poseedor.
"Cuando un hombre de guerra- dice el General Peucker- tiene el sentimiento íntimo de estar preparado, cuando sabe que, por medio de la instrucción adquirida, podrá orientarse fácilmente en circunstancias muy difíciles, su carácter se afirma; adquiere la facultad de tomar oportunamente una resolución precisa y de ponerla prácticamente en ejecución."
Por el contrario, todo hombre consciente de su ignorancia o de la necesidad que tiene el oír los consejos de otro, es siempre indeciso, permanece perplejo y se halla pronto a desmoralizarse.
"Las cualidades de carácter son sin duda las primeras en el hombre de guerra, pero ¿dónde puede conducir la energía si carece de a instrucción necesaria para conocer el objetivo que debe perseguir y los medios que permiten alcanzarlo?"
F. MÉTODO A SEGUIR PARA LA GUERRA POR LA HISTORIA
Hemos dicho anteriormente que "la guerra es un arte sencillo y todo de ejecución" y que conocer la teoría, si no se sabe aplicar, e nada vale. La enseñanza de la guerra, por otra parte, busca desarrollar el juicio y la decisión.
El método que tomemos deberá estar orientado hacia esas finalidades. No podrá ser exclusivamente teórico, ni tampoco exclusivamente de aplicación. Lo primero formaría diletantes y generalizadores, que en un arte experimental como la guerra no podrían desempeñarse con provecho. Lo segundo, es decir, abordar los casos concretos sin los necesarios conocimientos teóricos, sería un camino largo, sinuoso y que a menudo conduce a errores de concepto y hasta a desmoralizar al alumno. "La enseñanza de los conocimientos militares- dice el Mariscal Moltke- tiene, sobre todo, por objeto llevar al alumno a hacer valer su bagaje intelectual (es decir, la teoría que el profesor le ha enseñado). Esa acción recíproca y vivificadora no puede producirse cuando uno se concreta a enseñar y los otros a escuchar. Por lo contrario, surge naturalmente cuando el profesor a sus lecciones técnicas agrega ejercicios en cuyo desarrollo las materias enseñadas son aplicadas a casos particulares."
De esta afirmación e Moltke surge el método: la teoría, una vez enseñada, aplicarla a casos particulares. A ese mismo respecto el General Peucker agrega: "Hay que ejercitar mucho a los oficiales alumnos a obrar por sí mismos, a fin de desarrollar en ellos la actitud de utilizar sus conocimientos teóricos en la práctica de la vida... Entrever una verdad científica no quiere decir que se la puede encontrar más tarde por razonamiento. Hay gran distancia entre esa concepción y la facultad preciosa que permite hacer de los conocimientos militares adquiridos la base de nuestras resoluciones." Entre esos dos términos: concepción científica y arte de mandar, existe un abismo que el método de enseñanza debe hacer salvar a los alumnos si quiere merecer el nombre de método práctico. Se procederá, pues, por aplicación.
Refiriéndose a esto mismo, sigue el Mariscal Foch: "...aparece con el método el resultado perseguido: pasar de la concepción científica al arte de mandar, de la verdad adquirida y conocida a la puesta en práctica de esa verdad. Ese abismo la escuela prusiana supo franquearlo, como lo prueba el hecho: los comandantes de las vanguardias en 1866, salidos recientemente de los bancos de la escuela, abordaron los problemas de esa campaña con un aplomo, una seguridad de mano y, por lo tanto, un vigor de ejecución que hasta ese momento se creía sólo propio de hombres que se habían batido mucho y bien.
Hagamos otro tanto; por las mismas vías y por los mismos puentes salvemos al abismo.
Para esto una enseñanza práctica comporta la aplicación a casos particulares de los principios fijos sacados de la Historia, con el propósito de preparar la experiencia, de aprender el arte de mandar, de dar, por fin, el hábito de obrar correctamente, sin tener que razonar.
Hemos dicho casos particulares y no casos generales porque en la guerra sólo existen casos particulares; todo es asunto especial, nada se reproduce.
En primer lugar las premisas del problema raras veces son ciertas, jamás definitivas. Todo se encuentra en estado de constante modificación y de deformación. Esas premisas no tienen, por lo tanto, el valor absoluto que tienen las premisas matemáticas.>>
En síntesis, el método puede esbozarse así:
a) Dar los conocimientos teóricos necesarios, en forma de capacitar al alumno para encarar los problemas de la guerra con una orientación claramente definida.
b) Ejercitar tales conocimientos en la aplicación a numerosos casos concretos, tratando de unir la teoría a la aplicación y sacar de este trabajo el mayor rendimiento posible en el desarrollo de las cualidades y condiciones del alumno.
La primera parte debe hacerse orientada ya a la aplicación para lo cual será necesario que en la exposición de la teoría el que enseña trate los diversos aspectos de ésta con abundante ejemplificación, en forma de inducir, desde las primeras lecciones, a buscar el desarrollo de la facultad de aplicar y orientar desde los primeros pasos la enseñanza hacia su finalidad fundamental.
La segunda parte es puramente de aplicación. Se tomará una campaña o acontecimiento militar y se lo estudiaría minuciosamente, tomando los hechos unos después de otros, examinándolos lo más cerca posible en medio de las circunstancias en que se desarrollaron: tiempo, lugar, temperatura, numerosas causas depresivas, equivocaciones, etc.
Ello creará, sin duda, en el espíritu de cada uno la convicción de que cada caso contemplado es particular, es decir, que se presenta en un ambiente y circunstancias propias que le dan un carácter absolutamente original, donde ciertos factores toman importancia y otros la pierden.
"Con esa falta de analogía en los problemas militares- dice Foch- aparece naturalmente la importancia de la memoria para resolverlos; la esterilidad de las formas invariables, figuras, esquemas, etc.; por lo tanto, se impone la única solución justa: la aplicación variable, según las circunstancias de principios fijos." Principios fijos aplicables de un modo variable, según las circunstancias, en cada caso, que siempre es particular y que exige ser tratado independientemente, tal es nuestra conclusión momentánea; ¿ no nos conduce en la aplicación a la anarquía de las ideas que se tenía la pretensión de reemplazar por la unidad de doctrina, el establecimiento de una teoría?
Pues bien, no; a pesar de lo que se puede pensar momentáneamente, la concordancia aparecerá luego en la aplicación de principios fijos a casos variados, como la consecuencia de una manera común de abordar el tema: de un modo puramente objetivo.
De un mismo modo de mirar resultará, primero, una misma manera de ver.
De esta común manera de ver, un mismo modo de obrar. Esta última luego se convertirá en instintiva: otro resultado apetecido. Lo que acaba de decirse exige explicaciones.
De un mismo modo de mirar resulta un mismo modo de ver: Así como el aspecto de un edificio varía según la dirección en la cual se la mira y se muestra lo mismo a todos los observadores que lo contemplan del mismo lado, así también las cuestiones militares piden la misma contestación a todos los que la miran desde un mismo punto de vista. Ahora bien: en la guerra sólo hay una manera de abordar y de mirar las cuestiones: es la manera objetiva.
El arte militar no es, pues, un arte de solaz; la guerra no es un arte de aficionado, un deporte. No se la hace sin causa, no se la hace sin objeto, como se podría hacer música, pintura, cazar o jugar al tenis, sin que haya gran inconveniente en detener o proseguir el ejercicio, en hacer mucho o poco. En la guerra todo se encadena, se denomina, se compenetra; no se hace lo que se quiere. Cada operación tiene su razón de ser, es decir, un objeto, una vez determinado, fija la naturaleza y el valor de los medios que deben ponerse en acción, el empleo que debe hacerse de las fuerzas. Ese objeto es, en cada caso, la contestación a la famosa pregunta que Verdy du Vernois se hacía al llegar al campo de batalla de Nachod.
Frente a las dificultades que se la presentaban, se golpea la cabeza, busca en su memoria un ejemplo o una enseñanza que le dé la línea de conducta que debe seguir. Nada lo inspira, << ¡Al diablo- dice- la Historia y los principios! Después de todo, ¿de qué se trata? >> E inmediatamente su inteligencia se despeja. He ahí la manera objetiva de tratar el tema. Se aborda una operación que su objeto, en el sentido más amplio de la palabra: ¿de qué se trata?
Este modo de mirar y en seguida de ver trae como consecuencia un mismo modo de obrar, como es fácil deducirlo. Pero además, una vez planteada la cuestión en esa forma, se obtiene una contestación clara, precisa y que dice: adaptación sin reservas de los medios al objeto; solución lógica a priori, pues excluyendo toda forma preconcebida sólo se inspira del caso particular y lo trata integralmente. Conducta racional, prolongación de un estudio objetivo, tal es el primer resultado cierto y común, garantizado a todos los que abordan el estudio en esta forma: ¿de qué se trata? En seguida, una vez adquirido el hábito de estudiar y obrar así en numerosos casos concretos, el trabajo se hace cierto modo inconciente, instintiva y automáticamente y esto en razón del desarrollo dado en ese sentido a los reflejos cerebrales. Verdy du vernois lo prueba. Da al diablo la Historia y los principios, pero explota el conocimiento que tiene de ellos, porque sin posesión de su tema, sin la costumbre adquirida de reflexionar, de discutir, de decidir, no hubiera podido hacerlo al afrontar una situación difícil.
Dentro de estas ideas generales es que iniciaremos nuestros estudios, empezando por la teoría, que consideraremos en sus diversos puntos. Terminado ello, seguiremos con la aplicación en la campaña libertadora del General San Martín, buscando en los numerosos aspectos que se presenten, por casos concretos, la solución de los problemas que se planteen, teniendo en cuenta los dos puntos fundamentales mencionados: la aplicación de la teoría aprendida y la solución de cada caso, encarado por su punto de vista puramente objetivo.
4. DIFERENTES CONDUCCIONES SEGÚN LOS HOMBRES Y LAS ÉPOCAS
Como ya analizáremos previamente al referirnos a la importancia de conductor en las operaciones, veremos en este capítulo los diferentes generales de la Historia cuya conducción ha llegado a ser famosa por el acierto que la ha caracterizado.
Dos cuestiones nos parecen previas al estudio de la guerra misma; es la de sus elementos principales:
1. Los conductores en su sucesión.
2. b) El arte de la guerra en su evolución.
A fin de hacer más clara la exposición sobre estos asuntos, los trataremos en el orden mencionado, dedicando primero a los conductores clásicos toda nuestra atención, para hacer resaltar sus cualidades y calidades. En segundo término analizaremos el arte en su evolución, para compenetrarnos de sus formas y elementos de fondo que los han caracterizado en las distintas épocas en que imperaron.
Estos dos elementos de la guerra: "el conductor y el arte militar", han seguido siendo los verdaderos exponentes que caracterizan a la conducción en el drama de la guerra. Existen historiadores y escritores militares de las dos tendencias: los que dan primacía al conductor sobre la teoría del arte y los que, a la inversa, dan preponderancia práctica a la teoría del arte sobre el artista.
Colocándonos sobre el justo medio y asignando valores con justicia, aceptemos a cada uno en su valor relativo, considerando al conductor como el elemento vital del arte y a la teoría como el elemento inerte del mismo.
En general, la conducción de guerra exige la aplicación consciente y racional de la teoría del arte de la guerra y la utilización de todas las cualidades y calidades que pueda reunir el conductor y el éxito y su magnitud estarán comúnmente en razón directa a las virtudes del artista y a la aplicación que éste haga de los preceptos o principios evidenciados por la teoría del arte.
Que el conductor está en las mismas condiciones, ya que es artífice dedicado al difícil y complicado mecanismo de a guerra.
Sin embargo, en la inmensa caravana de los artistas que, en todas las ramas de las artes, han pasado por el mundo, no todos han sido <<predestinados>>. Muchos de ellos han llegado al genio por método. Negar la existencia de ellos sería negar la teoría, con la cual todo arte se perfecciona y supera a sí mismo.
Los genios, tan raros en la historia, han aplicado instintivamente la teoría de la guerra y muchos de ellos han justificado sus éxitos y fracasos por la aplicación o violación de determinados principios de arte militar. Otros han ajustado su conducta a los principios, preceptos y reglas del arte militar, en forma de dar a sus decisiones un fundamento lógico y creando la base de conocimientos adquiridos en el profundo estudio del arte mismo.
Es natural que el genio guerrero ha superado siempre, pero es preciso reconocer que en la conducción de ejércitos no siempre se dispone de <<genios>> para comandarlos. Es necesario entonces preparar en la educación e instrucción al conductor que más se aproxime y a tal efecto desarrollar las virtudes morales, las capacidades intelectuales y las cualidades físicas y materiales, que hagan del futuro conductor una garantía. El medio de la guerra impone al conductor un cúmulo de condiciones y cualidades, que determinan al <<hombre completo>>. Debe poseer un acabado concepto del arte militar, un conocimiento profundo de la teoría de la guerra, ser capaz de crear y tomar decisiones inspiradas en el más lógico racional sismo y poseer, por sobre todas las cosas, un espíritu fuerte y bien templado, que lo haga capaz de aplicar sus concepciones, perseverar en ellas hasta el éxito o adaptarse a nuevas situaciones de los acontecimientos.
Negar la posibilidad de formar conductores sería caer en la escuela decadente de los fatalistas del siglo XVIII, que afirmaban que si el conductor no se <<hace>> sino que <<nace>>, es inútil buscar en el perfeccionamiento y en el método lo que ha negado la naturaleza; se abandonaban así a su fatalismo absoluto y seguían la fácil escuela que Jomini estigmatiza: <<Desgraciados los hombres de guerra y las naciones para quienes la ciencia de la guerra es un peso enojoso y que no quieren reconocerle la influencia del arte para no verse obligados a aprenderle>>, en contraposición con la inmortal verdad molkeana: "El genio es trabajo".
Libres entonces de prejuicios absolutos, iniciemos el estudio y la consideración de estos dos elementos fundamentales de la estrategia: la teoría de la guerra, que llamaremos así a los preceptos, reglas y principios del arte y el conductor que, como elemento vital del mismo, los ha creado, aplicado o practicado en el gran campo experimental de los acontecimientos históricos.
La evolución del arte de la guerra puede considerarse paralela, en su perfeccionamiento, a la sucesión de los conductores de la Historia, de modo que tal evolución está ligada a ellos en forma absoluta. Sin embargo, un estudio minucioso nos obliga a tratarlos por separado, pero con las relaciones naturales que se impongan en tales casos.
El arte militar tiene en su estructura fundamental un elemento invariable y otro variable. Las formas y técnicamente todo lo que se refiere a material, medios, procedimientos profesionales y funcionamientos, constituye la parte variable, que ha evolucionado y seguirá haciéndolo en forma paralela al progreso general de la humanidad. El elemento invariable está en los principios fundamentales de la conducción que, con mayores o menores medios, seguirá rigiendo el fondo de la guerra misma.
Hay elementos que en su fondo no pueden variar, a pesar de los numerosos perfeccionamientos y diversidad de situaciones, porque su valor constante está en la verdad de un principio mecánico. El principio es cierto, la dificultad está en su aplicación.
Como ejemplo mencionaremos el siguiente episodio:
"Una conversación de Bonaparte con Moreau nos hará comprender mejor esta nueva mecánica", dice Foch.
La escena pasa en casa de Gohier, quien la relata en la forma siguiente:
"Los dos generales, que nunca se habían visto, parecían tan encantados uno como otro de encontrarse. Anotaremos en esta entrevista que los dos se contemplaron un momento en silencio. Bonaparte lo rompió el primero expresando a Moreau el deseo que tenía de largo tiempo de conocerlo.
* Llegáis de Egipto victorioso- le contestó Moreau;- yo de Italia después de una gran derrota.
Después de algunas explicaciones sobre las causas de esta derrota, concluyó:
- Era imposible que nuestro valiente ejército no fuera abrumado por tanta fuerza reunida. Es siempre el número mayor que bate al más pequeño.
* Tenéis razón- dijo Bonaparte,- es siempre el número mayor que bate al más pequeño.
- Sin embargo, general, con pequeños ejércitos habéis batido a grandes- dijo a Bonaparte.
- Aun en ese caso- replicó,-es siempre el menor número que fue batido por el mayor.
Lo que le indujo a desarrollarnos su táctica:
-Cuando con fuerzas inferiores me encontraba en presencia de un gran ejército, concentrando con rapidez el mío, me dejaba caer como un rayo sobre una de sus alas y las desbastaba...Aprovechaba en seguida el desorden que esa maniobra nunca dejaba de producir en el ejército enemigo para atacarlo en otra parte, siempre con todas mis fuerzas. Lo batía así en detalle y la victoria que resultaba era siempre, como usted lo ve, el triunfo del mayor número sobre el más pequeño."
El arte consistía en hacer el número, de tenerlo en el punto de ataque elegido; el medio de obtenerlo, la economía de fuerzas. Prolongar la acción mecánica por el aprovechamiento hasta el último extremo del desorden que dicha maniobra produce en el ejército enemigo, de la superioridad moral que establece en el propio. He ahí la guerra, según Napoleón.
El número mayor vence al número menor, es la verdad que en último análisis se sustenta. La forma de conseguirlo es tarea del conductor. He ahí la teoría del arte en su enunciado y la tarea del artista en la ejecución. La primera representa una forma o elemento invariable de la guerra, la segunda representa el elemento infinitamente variable según los casos y los medios, y que llamamos genéricamente la economía de fuerzas.
Al tratar los conductores lo haremos en dos aspectos fundamentales:
1º Su personalidad histórica, para que, conociendo sus cualidades principales, podamos formar una idea sobre su personalidad, apreciando sus valores morales, que tan grande influencia tienen en la conducción.
2º Sus cualidades como conductor en las operaciones, para conocer la aplicación que ha hecho de la teoría de guerra, que nosotros hoy conocemos y buscamos de asimilar, así como también su acción en la tarea de organizar, vestir, alimentar y conducir su ejército hasta la decisión, como aconsejara el conde Shlieffen.
Por : Mayor Juan Domingo Peron
Capítulo 1. LA HISTORIA MILITAR
1. OBJETO DEL ESTUDIO DE LA HISTORIA MILITAR
Su objeto, según lo define Balk, es:"conducir la guerra con experiencia ajena, porque la propia es difícil poderla cosechar, cuesta cara y llega tarde".
Por medio de su estudio buscamos contacto con los acontecimientos mismos, llegamos a cada caso concreto y de él sacamos enseñanzas de todo orden. En tal concepto, la historia militar comprende las actividades guerreras en todos los órdenes: material, espiritual, intelectual y físico. Ella estudia por eso los hechos, así como los conductores, los ejércitos, los medios, las circunstancias de tiempo y lugar, las organizaciones, las doctrinas y los factores de todo orden que intervienen en ellos.
A. ACTIVIDADES QUE COMPRENDE
Grandes son , entonces, las actividades que su estudio comprende, pudiendo considerarse que la guerra, en su concepto más integral, está abarcada por los estudios históricos militares.
La estrategia recibe de ellas las enseñanzas y cristaliza sus principios, preceptos y reglas, que han de servir de base para su aplicación en la conducción de la guerra misma. Ejercita también esa misma teoría en la aplicación de los numerosos casos que la historia militar le brinda. Extrae también del conocimiento de los grandes conductores de la Historia, las virtudes que es necesario desarrollar e imitar para preparar a los generales del futuro.
La táctica recibe asimismo sus principios y formas de ejecución, sancionadas en los numerosos campos de batalla que la Historia pone a disposición y le permite deducir los del futuro dentro de un límite de probabilidades.
La organización tiene en la historia militar las enseñanzas sucesivas que la han hecho evolucionar en servicio de una mejor conducción, que resumen su finalidad fundamental: servir a la estrategia y a la táctica. En fin, todas las materias afines a la guerra reciben algún beneficio de la historia militar.
B. FORMA DE SU ESTUDIO
Si compleja se manifiesta la guerra en su ejecución, no lo es menos en su consideración y estudio. Por eso la historia militar que la trata necesita recurrir a una minuciosa metodología, que fije una finalidad precisa y establezca las líneas generales a seguir para alcanzarla. Según sea esa finalidad, será la forma en que se estudie.
De acuerdo con la orientación que nuestra Escuela Superior de Guerra fija para esta materia, ella debe comprender los estudios estratégicos. De ello se infiere que la materia debe comprender el estudio de la conducción de ejércitos.
Debe entenderse entonces que, siendo la finalidad de nuestra materia el estudio de los grandes problemas que la guerra plantea, será necesario ir a los más fundamentales, desechando las pequeñas cosas. Con ese objetivo y a fin de evitar interferencias con otras materias, delimitaremos nuestras actividades en la forma que determina el programa de la materia. Ahora bien: nuestra acción comprende a la totalidad del campo estratégico y como el campo táctico está así comprendido en aquél, reduciremos nuestra intervención hasta la batalla misma y dentro de ella lo que corresponda al Comando Superior.
Por tratarse de alumnos cuya generalidad por primera vez inician estos estudios en forma regular, la enseñanza a impartir comenzará por las cuestiones más elementales, siguiendo en forma progresiva de lo fácil a lo difícil y de lo simple a lo complejo. En cuanto se refiera a la metodología, puede consultarse el apartado Nº 3 de este capítulo.
C. IMPORTANCIA DE SU ESTUDIO Y OPINIÓN DE CONDUCTORES Y AUTORES MILITARES CLÁSICOS
Actualmente se ha reconocido la importancia que la historia militar tiene en el aprendizaje de la conducción de la guerra. Las opiniones más autorizadas así lo afirman:
Napoleón: "Las altas partes de la guerra no se adquieren sino por la experiencia y por el estudio de la historia militar de las guerras de los grandes capitanes".
Federico II: "Los grandes ejemplos y los grandes modelos educan al militar".
Clausewitz: "Los ejemplos históricos aclaran todo, dando además un gran valor a la historia militar".
Schlieffen: "Para ser buen conductor de ejércitos es esencial el conocimiento de la historia militar, lo que antiguamente era fácil siguiendo en el séquito de un gran capitán, pero hoy es preciso concretarse a bibliografías".
Balk: "Conducir la guerra con experiencia ajena, porque la propia es difícil poderla cosechar, cuesta caro y llega tarde".
Jomini: "Buenas teorías basadas en principios verdaderos y justificados por los hechos son, en nuestra opinión, agregadas a las lecciones de la Historia, la verdadera escuela del mando".
Foch: "Mientras más falta hace la experiencia de guerra a un ejército, dice el General Peucker, tanto más necesita recurrir a la historia de guerra, como instrucción y como base de esa instrucción".
Sobre la oportunidad en que deben comenzar estos estudios, podríamos responder, de una manera general, en que ellos deben iniciarse con la profesión misma. La vida de un hombre es relativamente corta para abarcarlos y de ello se infiere que no existe tiempo para perder.
Un prejuicio, sumamente perjudicial, que muestra a los jóvenes oficiales como faltos de experiencia y de juicio para tratar los grandes problemas de la guerra y su condición, ha imperado en algunas partes con resultados funestos. No debe olvidarse que Napoleón, Alejandro, Ciro, etc., fueron grandes conductores ya en su adolescencia. Contra ese mismo prejuicio parece reaccionar el conde Schlieffen: "Para conseguir su objetivo consideró que hasta los oficiales jóvenes se ocuparan en la solución de grandes problemas operativos. Al plantear los temas para los tenientes 1ros, a prueba en el Estado Mayor solía ir muy lejos en ese sentido; pero, indudablemente, era acertado su pensamiento básico. El que no se prepara desde temprano para la conducción operativa no se hallará en condiciones a una edad más avanzada, cuando sea llamado a desempeñarse como conductor o como colaborador. (Del libro Cannas.)
2. ENSEÑANZA DE LA GUERRA POR LA HISTORIA MILITAR
El estudio de la guerra por la Historia tiene provechos positivos, que enumeramos en forma general, para después tratarlos en detalle al referirnos a la metodología. Ellos son, en síntesis:
1. Capacidad y predisposición del espíritu para encarar los problemas en el campo estratégico.
b) Examen minucioso de los acontecimientos históricos militares buscando el contacto con la realidad de la guerra.
2. Aplicación y deducción por el estudio crítico-histórico-militar de los principios, reglas o preceptos prácticos de aplicación en el campo estratégico.
3. d) Previsión y deducciones, dentro de las posibilidades del momento, sobre las probables características de la guerra futura.
Es natural que tan elevada finalidad no puede ser alcanzada sino por el paciente y continuado estudio de muchos años. A ella será menster agregar la necesidad de un método, sin el cual grandes energías se pierden y aun llegan hasta malograrse. Esta, como cualquier disciplina científica, necesita un plan que escalone los sucesivos objetivos a alcanzar, con el objeto de acumular progresivamente nuevos bagajes cuando los conocimientos adquiridos posibilitan comprender nuevas y más profundas cosas.
Para nuestro curso estableceremos el primer objetivo, ya que de por sí amplio para empezar, pero que, resumiendo las cuestiones más fundamentales, nos capacitará para comenzar el estudio regular y metódico de las campañas de los grandes conductores.
Tal objetivo está representado por:
1. Conocimientos teóricos sobre la conducción de la guerra, tratados desde un punto de vista objetivo.
2. Ejercitación en casos concretos, a fin de adquirir la "cualidad de aplicación"de la teoría aprendida a los casos particulares.
3. c) Estudio crítico militar, para desarrollar el juicio crítico, capacidad de análisis y criterio propio y preparar la más difícil cualidad del conductor: "crear en estrategia".
3. METODOLOGÍA DEL ESTUDIO DE LA HISTORIA MILITAR
A. LA ENSEÑANZA DE LA GUERRA. SU EXTRAVÍO DE LARGO TIEMPO. SUS CAUSAS
"Enseñanzas de la guerra ha habido en todos los tiempos", afirma el Mariscal Foch. En efecto: Jenofone, ya en su Ciropedia, desarrolla sus ideas sobre este tema más que sobre los hechos de su héroe. Alejandro recibe de Fiolopemen y su padre el general Amílcar Barca. Otros la han adquirido siguiendo agregados a los ejércitos durante la campaña misma.
La tendencia moderna del estudio de la guerra se dirige hacia la historia militar. De ella extrae las enseñanzas integrales en la parte moral, intelectual y material.
Durante largo tiempo la enseñanza de la guerra sufrió un extravío, como consecuencia de una materialización de los factores que en ella intervienen. A este respecto dice Foch: "Se suprimían las cantidades morales en cuanto a causa, se las suprimía también en cuanto a efecto. La derrota pasaba entonces a ser el producto de las cantidades materiales, mientras que la veremos ser un resultado puramente moral, el de un sentimiento, el descorazonamiento, el terror producido en el vencido por el empleo combinado de las fuerzas morales y materiales puestas simultáneamente en acción por el vencedor.
"La teoría llegaba entonces a la conclusión: Para ser victorioso hay que contar con el número, con la fuerza, con mejores fusiles, mejores cañones, bases, posiciones, etc. la Revolución, Napoleón sobre todo, iban a contestarle: No somos más numerosos, no estamos mejor armados y, sin embargo, nos batimos, porque, por medio de nuestras combinaciones; haremos el número en el punto decisivo; por medio de nuestra energía, de nuestra instrucción, de nuestras armas, fuegos y bayonetas, llegaremos a sobreexcitar nuestra moral y a quebrantar la vuestra". "Es así cómo esas teorías, que se habían creído hacer exactas basándolas en datos ciertos y matemáticos, tenían la desgracia de ser radicalmente falsas, porque habían omitido la premisa más importante del problema, ya que se tratase del mando o de la ejecución, la que inspira el tema, lo hace vivir: el hombre, con sus facultades morales, intelectuales, físicas; porque tendía a constituir la guerra en ciencia exacta, desconociendo su naturaleza misma de "drama espantoso y apasionado".
De ahí provinieron esos sistemas de guerra empleados en los últimos siglos anteriores a Napoleón. "Semejantes teorías llegaban a las peores consecuencias. La enseñanza de las escuelas militares era la primera, pues sólo se preocupaba de la materia. De ahí nacían esos estudios exclusivos del terreno, de la fortificación, del armamento, de la organización, que sólo tocan la parte terrestre del arte. En cuanto a la parte divina, la que resulta de la acción del hombre, se la tomaba desde tan alto que no se podía ni comprenderla ni explicarla. Apenas si se la entrevía en los estudios históricos, tratados a grandes brochazos, de la Historia a la manera de Alejandro Dumas: series de hazañas extraordinarias inexplicables, si no se admitía la existencia de causas misteriosas, hijas del prodigio o de la fatalidad, como ser el genio incomprensible del Emperador o su estrella".
Pero entonces la enseñanza conducía fatalmente al fetichismo o al fatalismo, a la negación del trabajo, a la nulidad de una cultura intelectual, a la pereza del espíritu.
Se nacía con dotes o sin ellas. Se tenía la chispa sagrada o no se la tenía.
Era menester además ir al campo de batalla para saberlo.
Esta falsa escuela llegó hasta el siglo XVIII, pero los prusianos reaccionaron contra ella y prepararon su victoria del 70 con espíritus formados en la enseñanza de la Historia, el estudio de casos concretos, ya que desde el comienzo del siglo era de ese modo que Sharnhorts, Willisen y Clausewitz habían formado el comando del ejército prusiano.
Para conocer y comprender la guerra no se habían concretado con girar alrededor de la herramienta que la hace, demostrar las partes materiales, sin tener en cuenta al hombre. Habían estudiado el libro de la Historia, concienzudamente analizada, un ejército, tropas en movimiento y en acción, con sus necesidades, sus pasiones, sus debilidades, sus sacrificios, sus capacidades de todo orden: "lejos de ser una ciencia exacta, la guerra es un drama espantoso y apasionado". Esa era la esencia del tema por dilucidar, así como también el punto de partida de un estudio racional.
B. LA ESCUELA DE LA GUERRA, POR SI RESULTA INSUFICIENTE
La guerra es, sin duda, una fuente de experiencia inagotable para aprender la conducción de sus más variados aspectos. Algunos han sostenido también que "la guerra sólo se aprende por la guerra misma". Lejos de nuestro ánimo el desconocer la importancia que puede tener la experiencia que se adquiere frente a un enemigo real y el temple especial que da al carácter el tomar resoluciones en medio de la emoción que producen los hechos; reconocemos, en cambio, la imposibilidad de emplear la guerra misma para instruirnos los unos a los otros.
El General Foch, refiriéndose a esto mismo, afirma: "es insuficiente porque no nos prepara para las primeras acciones, las más decisivas, sin embargo, de la próxima guerra. La campaña estaría terminada cuando nuestra instrucción empezaría, pero ¿ con qué resultado y a que precio? Desgraciados, sin duda.
* Es, pues, esencial no falsear el sentido en el alcance de semejante enseñanza.
* Sin ir más allá de las mulas del Mariscal de Sajonia, hacer la guerra sin inteligencia y sin reflexión no despierta idea sobre los principios que la rigen, aun cuando sólo se tratara del establecimiento de una línea de puestos avanzados, de la defensa de un río, de una frontera o del papel de una vanguardia. La gravedad de las situaciones no trae consigo la luz ni la improvisación feliz. Generalmente, aun apaga parcialmente los espíritus cultivados. Es, pues, con facultades propias que hay que partir para hacer la guerra, aun para comprenderla".
La realidad del campo de batalla es lo que no se puede estudiar; sencillamente, se hace lo que se puede para aplicar lo que se sabe. Por lo tanto, para poder un poco hay que saber mucho y bien.
Esto nos explica, en 1866, la debilidad de los austríacos, que debieron haber sido instruídos por la guerra de 1859, frente a los prusianos, que no habían combatido desde 1815. Los primeros hicieron la guerra sin comprenderla ( como los franceses de 1870, que, sin embargo, habían guerreado bastante); los segundos la comprendieron sin hacerla, pero la habían estudiado.
C. FUNDACIÓN DE UNA ENSEÑANZA RACIONAL; SU BASE: LA HISTORIA
Planteado el problema de la enseñanza de la guerra y descartadas las formas absolutas que antes mencionamos: ya sea el estudio positivista de una teoría científica que descartaba el elemento vivo de la guerra o una enseñanza vivida de la misma, llegamos a la necesidad de crear. Para ello será necesario no apoyarse sólo en los datos positivos, que son incompletos, ni en las condiciones morales, ya que éstas son forzosamente variables e indeterminadas, ni seguir un proceso imaginativo por simple razonamiento. Es necesario crear apoyado en los hechos mismos. Es necesario ir entonces a los hechos recurriendo a la historia militar, para comprender el fenómeno complejo de la guerra. En ella tomar los hechos unos después de otros, considerarlos en sus numerosos aspectos, compenetrarse de sus más insignificantes detalles, esto en medio de las circunstancias en que se desarrollaron. El estudio así encarado tiende a dar un resultado de enseñanza integral, ya que los hechos generalmente no tienen desperdicios, si ha de considerárselos en todo su verdadero valor. Ello ha creado la necesidad de una metodología en el estudio de la historia de la guerra y que ensayamos al final de este capítulo.
Del conjunto de esos minuciosos estudios es que nació la enseñanza de la guerra, teniendo como base la Historia.
Mientras más hace falta la experiencia de la guerra a un ejército- dice el General Peucker- tanto más necesita recurrir a la historia de guerra, como instrucción y como base de esa instrucción. Aunque la historia de la guerra no este en condiciones de reemplazar la experiencia adquirida, puede, sin embargo, prepararla. En la paz pasa a ser el verdadero medio de aprender la guerra y de determinar los principios fijos del arte de la guerra.
D. TEORÍA DE GUERRA Y DOCTRINA DE GUERRA
Hemos afirmado la existencia de una forma de enseñanza nacida de la Historia y llamada a desarrollarse por nuevos estudios históricos.
¿Cuál es esa forma? Dejemos contestar al Mariscal Foch: "Se la dedujo en forma de una teoría de guerra que se puede enseñar y que se os enseñará y en forma de una doctrina que se os enseñará a practicar".
Estas palabras deben entenderse como la concepción y la puesta en práctica, no de una ciencia de la guerra o de un dogma cerrado, lote de verdades intangibles fuera de las cuales no había más que herejía, pero sí cierto número de principios, indiscutibles cuando han sido bien establecidos, de aplicación variable según las circunstancias, es lo racional, pero siempre orientada, sin embargo, en un mismo sentido, el sentido objetivo.
La doctrina se prolongará en las altas esferas de la guerra gracias al desarrollo de las facultades por un mismo modo de ver, de pensar y de obrar, llevando más o menos lejos, según el valor de cada uno; constituyendo, sin embargo, una disciplina de los espíritus, común a todos.
La doctrina de la guerra está entonces destinada a dar la indispensable cohesión moral e intelectual de los comandos, armando criterios, voluntades y sentimientos.
<<Coloca a todos en un mismo punto de partida inicial de sus apreciaciones básicas. Ella lleva tácticamente el consejo o la recomendación en síntesis del Alto Comando. Sirve como eje principal de todas las grandes y pequeñas decisiones. Entrando profundamente en ella se descubre el por qué de las tendencias en los procedimientos derivados de las reglas de la guerra y que se encuentran en los reglamentos. La doctrina de guerra aparece así como la legítima matriz en que se gesta la estrategia y la táctica nacional.>> ( Teniente Coronel Cernadas ) Al tratar << planes de operaciones>> veremos en detalle de dónde salen las bases para la formación de la doctrina de guerra.
La doctrina de guerra es esencialmente nacional y diferente en cada caso, es la orientación única guía la preparación de todas las fuerzas vivas de la nación organizadas militarmente para una guerra y muy especialmente a los Comandos, a quienes guía hacia la dirección más conveniente en lo operativo y en lo táctico.
Por eso la doctrina de guerra comprende a su vez la doctrina estratégica y la doctrina táctica.
La doctrina estratégica corresponde a los Comandos Superiores y ella se expresa y resume en instrucciones, directivas y reglamentos para la conducción y empleo de las grandes unidades.
La doctrina táctica corresponde a los Comandos inferiores y se encuentra expresada en los reglamentos tácticos.
E. LA TEORÍA COMO BASE DEL ESTUDIO
¿ Existe en realidad una teoría de guerra?
"Primeramente, ciencia o teoría- afirma Dragomirow- son dos cosas bien diferentes, porque todo arte puede y debe tener su teoría, pero sería absurdo querer hacerla una ciencia. Nadie pretendería hoy pensar que pueda haber una ciencia de la guerra. Sería un absurdo tan grande como una ciencia de la poesía, de la pintura o de la música. Pero esto no quiere decir, de modo alguno, que no exista una teoría de la guerra, así como existe una para las artes liberales y pacíficas. No es, pues, esa teoría la que hace los Rafaeles, los Beethovens, los Goethes, pero ello pone a su disposición una técnica sin la cual les sería imposible elevarse a las cimas que éstos alcanzan."
"La teoría del arte de la guerra no tiene la pretensión de formar Napoleones, pero procura el conocimiento de las propiedades de las tropas y del terreno. Señala los modelos, las obras maestras realizadas en el campo de la guerra y con ello allana las vías de los que la naturaleza ha dotado de capacidades militares."
Ella no permite al hombre tener la tranquilidad de pensar que sabe lo referente a es asunto, mientras que sólo conoce una parte. Recetas para crear obras maestras, como Austerlitz, Friedland, Wagram, para conducir campañas como la de 1799 en Suiza o librar batallas como Königgrätz, he ahí lo que la teoría es incapaz de dar. Pero presenta esos modelos como temas de estudio a la meditación de los hombres de guerra y esto no para los que imiten servilmente, sino para se compenetren de su espíritu y para que se inspiren en ellos.
Si la teoría de guerra se ha extraviado es porque muy pocos tácticos habían visto la guerra.
Existe, pues, una teoría de guerra- dice Mariscal Foch- que en primer término comporta los siguientes principios:
Principio de la economía de las fuerzas.
Principio de la libertad de acción.
Principio de la libre disposición de las fuerzas.
Principio de la seguridad, etc.
Se ha discutido la existencia de esos principios y en seguida su fundamento y, sin embargo, Napoleón ha escrito: <<Los principios de la guerra son los que han guiado a los grandes capitanes, cuyos altos hechos no ha trasmitido la Historia.>>
Lloyd, asimismo, dice: "Por carecer de principios seguros y determinados se cae en cambios continuos, ya se trate de organización, de formación o de maniobras."
Otro tanto expresa el Mariscal Bugeaud: "Existen pocos principios absolutos, pero hay algunos. Cuando se trata de establecer un principio sobre la guerra, inmediatamente gran número de oficiales creen resolver la cuestión diciendo: todo depende de las circunstancias, según cómo sople el viento hay que orientar la vela. Pero si de antemano no sabéis la vela o la forma de vela que conviene a tal o cual viento, ¿Cómo podréis orientarla según el tiempo?"
"Buenas teorías-dice Jomini,- basadas en principios verdaderos y justificados por los hechos, son, en nuestra opinión, agregados a las lesiones de la Historia, la verdadera escuela del mando. Si ellas no hacen un grande hombre, porque los grandes hombres se hacen solos, cuando las circunstancias lo favorecen, forman por lo menos jefes bastante hábiles para desempeñar perfectamente puestos de segunda fila, bajo órdenes de grandes generales."
"Podemos, pues, con razón- termina Foch,- llegar a la conclusión: El arte de la guerra, como todos los otros, tiene sus teorías, sus principios o bien no sería arte." Aceptada la existencia de la teoría de guerra, es natural que aceptemos que ella debe representar la base de nuestros estudios. Es entonces con su conocimiento que entraremos a la Historia y a sus acontecimientos. Ella representará las armas con que nos defenderemos ante los problemas que la realidad plantea en el campo dela historia de guerra, los elementos de juicio para juzgar y la base para crear.
Sin embargo, es necesario precaverse contra un absolutismo siempre perjudicial en materia de guerra. Es necesario aplicar esa teoría, más que poseerla. <<La enseñanza de los principios- dice Foch- no busca un resultado platónico de erudición: poblar el espíritu de verdades nuevas y ciertas." "La guerra es, ante todo, un arte sencillo y todo de ejecución." (Napoleón.) Conocer los principios, si no se sabe aplicarlos, a nada conduce. En la guerra el hecho predomina sobre la idea, la acción sobre la palabra, la ejecución sobre la teoría.
Sería vana la enseñanza que se detuviera en la idea, en la palabra, en la teoría y que no llegara a la aplicación de los principios. Así, más allá de saber, aspira a poder; más allá del conocimiento de los principios, persigue su aplicación constante, única enseñanza capaz de desarrollar el juicio, el carácter, la facultad de obrar racionalmente y, por lo tanto, eficazmente, como se verá más adelante. Pero para poder es necesario saber; además de la confianza que ese saber implica para su poseedor.
"Cuando un hombre de guerra- dice el General Peucker- tiene el sentimiento íntimo de estar preparado, cuando sabe que, por medio de la instrucción adquirida, podrá orientarse fácilmente en circunstancias muy difíciles, su carácter se afirma; adquiere la facultad de tomar oportunamente una resolución precisa y de ponerla prácticamente en ejecución."
Por el contrario, todo hombre consciente de su ignorancia o de la necesidad que tiene el oír los consejos de otro, es siempre indeciso, permanece perplejo y se halla pronto a desmoralizarse.
"Las cualidades de carácter son sin duda las primeras en el hombre de guerra, pero ¿dónde puede conducir la energía si carece de a instrucción necesaria para conocer el objetivo que debe perseguir y los medios que permiten alcanzarlo?"
F. MÉTODO A SEGUIR PARA LA GUERRA POR LA HISTORIA
Hemos dicho anteriormente que "la guerra es un arte sencillo y todo de ejecución" y que conocer la teoría, si no se sabe aplicar, e nada vale. La enseñanza de la guerra, por otra parte, busca desarrollar el juicio y la decisión.
El método que tomemos deberá estar orientado hacia esas finalidades. No podrá ser exclusivamente teórico, ni tampoco exclusivamente de aplicación. Lo primero formaría diletantes y generalizadores, que en un arte experimental como la guerra no podrían desempeñarse con provecho. Lo segundo, es decir, abordar los casos concretos sin los necesarios conocimientos teóricos, sería un camino largo, sinuoso y que a menudo conduce a errores de concepto y hasta a desmoralizar al alumno. "La enseñanza de los conocimientos militares- dice el Mariscal Moltke- tiene, sobre todo, por objeto llevar al alumno a hacer valer su bagaje intelectual (es decir, la teoría que el profesor le ha enseñado). Esa acción recíproca y vivificadora no puede producirse cuando uno se concreta a enseñar y los otros a escuchar. Por lo contrario, surge naturalmente cuando el profesor a sus lecciones técnicas agrega ejercicios en cuyo desarrollo las materias enseñadas son aplicadas a casos particulares."
De esta afirmación e Moltke surge el método: la teoría, una vez enseñada, aplicarla a casos particulares. A ese mismo respecto el General Peucker agrega: "Hay que ejercitar mucho a los oficiales alumnos a obrar por sí mismos, a fin de desarrollar en ellos la actitud de utilizar sus conocimientos teóricos en la práctica de la vida... Entrever una verdad científica no quiere decir que se la puede encontrar más tarde por razonamiento. Hay gran distancia entre esa concepción y la facultad preciosa que permite hacer de los conocimientos militares adquiridos la base de nuestras resoluciones." Entre esos dos términos: concepción científica y arte de mandar, existe un abismo que el método de enseñanza debe hacer salvar a los alumnos si quiere merecer el nombre de método práctico. Se procederá, pues, por aplicación.
Refiriéndose a esto mismo, sigue el Mariscal Foch: "...aparece con el método el resultado perseguido: pasar de la concepción científica al arte de mandar, de la verdad adquirida y conocida a la puesta en práctica de esa verdad. Ese abismo la escuela prusiana supo franquearlo, como lo prueba el hecho: los comandantes de las vanguardias en 1866, salidos recientemente de los bancos de la escuela, abordaron los problemas de esa campaña con un aplomo, una seguridad de mano y, por lo tanto, un vigor de ejecución que hasta ese momento se creía sólo propio de hombres que se habían batido mucho y bien.
Hagamos otro tanto; por las mismas vías y por los mismos puentes salvemos al abismo.
Para esto una enseñanza práctica comporta la aplicación a casos particulares de los principios fijos sacados de la Historia, con el propósito de preparar la experiencia, de aprender el arte de mandar, de dar, por fin, el hábito de obrar correctamente, sin tener que razonar.
Hemos dicho casos particulares y no casos generales porque en la guerra sólo existen casos particulares; todo es asunto especial, nada se reproduce.
En primer lugar las premisas del problema raras veces son ciertas, jamás definitivas. Todo se encuentra en estado de constante modificación y de deformación. Esas premisas no tienen, por lo tanto, el valor absoluto que tienen las premisas matemáticas.>>
En síntesis, el método puede esbozarse así:
a) Dar los conocimientos teóricos necesarios, en forma de capacitar al alumno para encarar los problemas de la guerra con una orientación claramente definida.
b) Ejercitar tales conocimientos en la aplicación a numerosos casos concretos, tratando de unir la teoría a la aplicación y sacar de este trabajo el mayor rendimiento posible en el desarrollo de las cualidades y condiciones del alumno.
La primera parte debe hacerse orientada ya a la aplicación para lo cual será necesario que en la exposición de la teoría el que enseña trate los diversos aspectos de ésta con abundante ejemplificación, en forma de inducir, desde las primeras lecciones, a buscar el desarrollo de la facultad de aplicar y orientar desde los primeros pasos la enseñanza hacia su finalidad fundamental.
La segunda parte es puramente de aplicación. Se tomará una campaña o acontecimiento militar y se lo estudiaría minuciosamente, tomando los hechos unos después de otros, examinándolos lo más cerca posible en medio de las circunstancias en que se desarrollaron: tiempo, lugar, temperatura, numerosas causas depresivas, equivocaciones, etc.
Ello creará, sin duda, en el espíritu de cada uno la convicción de que cada caso contemplado es particular, es decir, que se presenta en un ambiente y circunstancias propias que le dan un carácter absolutamente original, donde ciertos factores toman importancia y otros la pierden.
"Con esa falta de analogía en los problemas militares- dice Foch- aparece naturalmente la importancia de la memoria para resolverlos; la esterilidad de las formas invariables, figuras, esquemas, etc.; por lo tanto, se impone la única solución justa: la aplicación variable, según las circunstancias de principios fijos." Principios fijos aplicables de un modo variable, según las circunstancias, en cada caso, que siempre es particular y que exige ser tratado independientemente, tal es nuestra conclusión momentánea; ¿ no nos conduce en la aplicación a la anarquía de las ideas que se tenía la pretensión de reemplazar por la unidad de doctrina, el establecimiento de una teoría?
Pues bien, no; a pesar de lo que se puede pensar momentáneamente, la concordancia aparecerá luego en la aplicación de principios fijos a casos variados, como la consecuencia de una manera común de abordar el tema: de un modo puramente objetivo.
De un mismo modo de mirar resultará, primero, una misma manera de ver.
De esta común manera de ver, un mismo modo de obrar. Esta última luego se convertirá en instintiva: otro resultado apetecido. Lo que acaba de decirse exige explicaciones.
De un mismo modo de mirar resulta un mismo modo de ver: Así como el aspecto de un edificio varía según la dirección en la cual se la mira y se muestra lo mismo a todos los observadores que lo contemplan del mismo lado, así también las cuestiones militares piden la misma contestación a todos los que la miran desde un mismo punto de vista. Ahora bien: en la guerra sólo hay una manera de abordar y de mirar las cuestiones: es la manera objetiva.
El arte militar no es, pues, un arte de solaz; la guerra no es un arte de aficionado, un deporte. No se la hace sin causa, no se la hace sin objeto, como se podría hacer música, pintura, cazar o jugar al tenis, sin que haya gran inconveniente en detener o proseguir el ejercicio, en hacer mucho o poco. En la guerra todo se encadena, se denomina, se compenetra; no se hace lo que se quiere. Cada operación tiene su razón de ser, es decir, un objeto, una vez determinado, fija la naturaleza y el valor de los medios que deben ponerse en acción, el empleo que debe hacerse de las fuerzas. Ese objeto es, en cada caso, la contestación a la famosa pregunta que Verdy du Vernois se hacía al llegar al campo de batalla de Nachod.
Frente a las dificultades que se la presentaban, se golpea la cabeza, busca en su memoria un ejemplo o una enseñanza que le dé la línea de conducta que debe seguir. Nada lo inspira, << ¡Al diablo- dice- la Historia y los principios! Después de todo, ¿de qué se trata? >> E inmediatamente su inteligencia se despeja. He ahí la manera objetiva de tratar el tema. Se aborda una operación que su objeto, en el sentido más amplio de la palabra: ¿de qué se trata?
Este modo de mirar y en seguida de ver trae como consecuencia un mismo modo de obrar, como es fácil deducirlo. Pero además, una vez planteada la cuestión en esa forma, se obtiene una contestación clara, precisa y que dice: adaptación sin reservas de los medios al objeto; solución lógica a priori, pues excluyendo toda forma preconcebida sólo se inspira del caso particular y lo trata integralmente. Conducta racional, prolongación de un estudio objetivo, tal es el primer resultado cierto y común, garantizado a todos los que abordan el estudio en esta forma: ¿de qué se trata? En seguida, una vez adquirido el hábito de estudiar y obrar así en numerosos casos concretos, el trabajo se hace cierto modo inconciente, instintiva y automáticamente y esto en razón del desarrollo dado en ese sentido a los reflejos cerebrales. Verdy du vernois lo prueba. Da al diablo la Historia y los principios, pero explota el conocimiento que tiene de ellos, porque sin posesión de su tema, sin la costumbre adquirida de reflexionar, de discutir, de decidir, no hubiera podido hacerlo al afrontar una situación difícil.
Dentro de estas ideas generales es que iniciaremos nuestros estudios, empezando por la teoría, que consideraremos en sus diversos puntos. Terminado ello, seguiremos con la aplicación en la campaña libertadora del General San Martín, buscando en los numerosos aspectos que se presenten, por casos concretos, la solución de los problemas que se planteen, teniendo en cuenta los dos puntos fundamentales mencionados: la aplicación de la teoría aprendida y la solución de cada caso, encarado por su punto de vista puramente objetivo.
4. DIFERENTES CONDUCCIONES SEGÚN LOS HOMBRES Y LAS ÉPOCAS
Como ya analizáremos previamente al referirnos a la importancia de conductor en las operaciones, veremos en este capítulo los diferentes generales de la Historia cuya conducción ha llegado a ser famosa por el acierto que la ha caracterizado.
Dos cuestiones nos parecen previas al estudio de la guerra misma; es la de sus elementos principales:
1. Los conductores en su sucesión.
2. b) El arte de la guerra en su evolución.
A fin de hacer más clara la exposición sobre estos asuntos, los trataremos en el orden mencionado, dedicando primero a los conductores clásicos toda nuestra atención, para hacer resaltar sus cualidades y calidades. En segundo término analizaremos el arte en su evolución, para compenetrarnos de sus formas y elementos de fondo que los han caracterizado en las distintas épocas en que imperaron.
Estos dos elementos de la guerra: "el conductor y el arte militar", han seguido siendo los verdaderos exponentes que caracterizan a la conducción en el drama de la guerra. Existen historiadores y escritores militares de las dos tendencias: los que dan primacía al conductor sobre la teoría del arte y los que, a la inversa, dan preponderancia práctica a la teoría del arte sobre el artista.
Colocándonos sobre el justo medio y asignando valores con justicia, aceptemos a cada uno en su valor relativo, considerando al conductor como el elemento vital del arte y a la teoría como el elemento inerte del mismo.
En general, la conducción de guerra exige la aplicación consciente y racional de la teoría del arte de la guerra y la utilización de todas las cualidades y calidades que pueda reunir el conductor y el éxito y su magnitud estarán comúnmente en razón directa a las virtudes del artista y a la aplicación que éste haga de los preceptos o principios evidenciados por la teoría del arte.
Que el conductor está en las mismas condiciones, ya que es artífice dedicado al difícil y complicado mecanismo de a guerra.
Sin embargo, en la inmensa caravana de los artistas que, en todas las ramas de las artes, han pasado por el mundo, no todos han sido <<predestinados>>. Muchos de ellos han llegado al genio por método. Negar la existencia de ellos sería negar la teoría, con la cual todo arte se perfecciona y supera a sí mismo.
Los genios, tan raros en la historia, han aplicado instintivamente la teoría de la guerra y muchos de ellos han justificado sus éxitos y fracasos por la aplicación o violación de determinados principios de arte militar. Otros han ajustado su conducta a los principios, preceptos y reglas del arte militar, en forma de dar a sus decisiones un fundamento lógico y creando la base de conocimientos adquiridos en el profundo estudio del arte mismo.
Es natural que el genio guerrero ha superado siempre, pero es preciso reconocer que en la conducción de ejércitos no siempre se dispone de <<genios>> para comandarlos. Es necesario entonces preparar en la educación e instrucción al conductor que más se aproxime y a tal efecto desarrollar las virtudes morales, las capacidades intelectuales y las cualidades físicas y materiales, que hagan del futuro conductor una garantía. El medio de la guerra impone al conductor un cúmulo de condiciones y cualidades, que determinan al <<hombre completo>>. Debe poseer un acabado concepto del arte militar, un conocimiento profundo de la teoría de la guerra, ser capaz de crear y tomar decisiones inspiradas en el más lógico racional sismo y poseer, por sobre todas las cosas, un espíritu fuerte y bien templado, que lo haga capaz de aplicar sus concepciones, perseverar en ellas hasta el éxito o adaptarse a nuevas situaciones de los acontecimientos.
Negar la posibilidad de formar conductores sería caer en la escuela decadente de los fatalistas del siglo XVIII, que afirmaban que si el conductor no se <<hace>> sino que <<nace>>, es inútil buscar en el perfeccionamiento y en el método lo que ha negado la naturaleza; se abandonaban así a su fatalismo absoluto y seguían la fácil escuela que Jomini estigmatiza: <<Desgraciados los hombres de guerra y las naciones para quienes la ciencia de la guerra es un peso enojoso y que no quieren reconocerle la influencia del arte para no verse obligados a aprenderle>>, en contraposición con la inmortal verdad molkeana: "El genio es trabajo".
Libres entonces de prejuicios absolutos, iniciemos el estudio y la consideración de estos dos elementos fundamentales de la estrategia: la teoría de la guerra, que llamaremos así a los preceptos, reglas y principios del arte y el conductor que, como elemento vital del mismo, los ha creado, aplicado o practicado en el gran campo experimental de los acontecimientos históricos.
La evolución del arte de la guerra puede considerarse paralela, en su perfeccionamiento, a la sucesión de los conductores de la Historia, de modo que tal evolución está ligada a ellos en forma absoluta. Sin embargo, un estudio minucioso nos obliga a tratarlos por separado, pero con las relaciones naturales que se impongan en tales casos.
El arte militar tiene en su estructura fundamental un elemento invariable y otro variable. Las formas y técnicamente todo lo que se refiere a material, medios, procedimientos profesionales y funcionamientos, constituye la parte variable, que ha evolucionado y seguirá haciéndolo en forma paralela al progreso general de la humanidad. El elemento invariable está en los principios fundamentales de la conducción que, con mayores o menores medios, seguirá rigiendo el fondo de la guerra misma.
Hay elementos que en su fondo no pueden variar, a pesar de los numerosos perfeccionamientos y diversidad de situaciones, porque su valor constante está en la verdad de un principio mecánico. El principio es cierto, la dificultad está en su aplicación.
Como ejemplo mencionaremos el siguiente episodio:
"Una conversación de Bonaparte con Moreau nos hará comprender mejor esta nueva mecánica", dice Foch.
La escena pasa en casa de Gohier, quien la relata en la forma siguiente:
"Los dos generales, que nunca se habían visto, parecían tan encantados uno como otro de encontrarse. Anotaremos en esta entrevista que los dos se contemplaron un momento en silencio. Bonaparte lo rompió el primero expresando a Moreau el deseo que tenía de largo tiempo de conocerlo.
* Llegáis de Egipto victorioso- le contestó Moreau;- yo de Italia después de una gran derrota.
Después de algunas explicaciones sobre las causas de esta derrota, concluyó:
- Era imposible que nuestro valiente ejército no fuera abrumado por tanta fuerza reunida. Es siempre el número mayor que bate al más pequeño.
* Tenéis razón- dijo Bonaparte,- es siempre el número mayor que bate al más pequeño.
- Sin embargo, general, con pequeños ejércitos habéis batido a grandes- dijo a Bonaparte.
- Aun en ese caso- replicó,-es siempre el menor número que fue batido por el mayor.
Lo que le indujo a desarrollarnos su táctica:
-Cuando con fuerzas inferiores me encontraba en presencia de un gran ejército, concentrando con rapidez el mío, me dejaba caer como un rayo sobre una de sus alas y las desbastaba...Aprovechaba en seguida el desorden que esa maniobra nunca dejaba de producir en el ejército enemigo para atacarlo en otra parte, siempre con todas mis fuerzas. Lo batía así en detalle y la victoria que resultaba era siempre, como usted lo ve, el triunfo del mayor número sobre el más pequeño."
El arte consistía en hacer el número, de tenerlo en el punto de ataque elegido; el medio de obtenerlo, la economía de fuerzas. Prolongar la acción mecánica por el aprovechamiento hasta el último extremo del desorden que dicha maniobra produce en el ejército enemigo, de la superioridad moral que establece en el propio. He ahí la guerra, según Napoleón.
El número mayor vence al número menor, es la verdad que en último análisis se sustenta. La forma de conseguirlo es tarea del conductor. He ahí la teoría del arte en su enunciado y la tarea del artista en la ejecución. La primera representa una forma o elemento invariable de la guerra, la segunda representa el elemento infinitamente variable según los casos y los medios, y que llamamos genéricamente la economía de fuerzas.
Al tratar los conductores lo haremos en dos aspectos fundamentales:
1º Su personalidad histórica, para que, conociendo sus cualidades principales, podamos formar una idea sobre su personalidad, apreciando sus valores morales, que tan grande influencia tienen en la conducción.
2º Sus cualidades como conductor en las operaciones, para conocer la aplicación que ha hecho de la teoría de guerra, que nosotros hoy conocemos y buscamos de asimilar, así como también su acción en la tarea de organizar, vestir, alimentar y conducir su ejército hasta la decisión, como aconsejara el conde Shlieffen.
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