21 dic 2011
11 dic 2011
agua de beber.....di ba dum da...
La Presidente CFK inició ayer su segundo mandato en una situación
internacional cuya gravedad es imposible exagerar, con Europa ciñéndose
el cinturón alemán de castidad presupuestaria y Estados Unidos a los
sacudones por el tironeo entre el Presidente demócrata y el Congreso
republicano. El acuerdo firmado en Bruselas bajo supervisión del Fondo
Monetario Internacional redujo de 3 a 0,5 por ciento el déficit
presupuestario estructural admisible y reclamó que cada país le asigne
rango constitucional, sometió a los países con déficit a la supervisión
de la Comisión y del Consejo Europeo y suprimió la regla del consenso
por otra de mayoría de 85 por ciento de los votos para adoptar
decisiones de urgencia. Es decir, dos, tres, muchas Grecias, con el
conocido círculo vicioso de ajuste, recesión y crisis social, de
impredecibles consecuencias políticas. Esto tendrá repercusiones
atenuadas pero nunca insignificantes sobre los principales socios
comerciales de la Argentina, en Asia y Sudamérica, cuyos remezones se
sentirán aquí, como ya ocurrió en 2009. El desafío, renovado y acrecido
ahora, es la defensa de la producción y el empleo, con medidas
contracíclicas que preserven el mercado interno. No será una novedad,
porque eso es lo que hicieron los dos gobiernos kirchneristas con
consecuencias apreciables y en ese sentido apuntan las designaciones
anunciadas por Cristina, que muestran continuidad política y
rejuvenecimiento del personal. Juan Manuel Abal Medina, de 43 años, es
el jefe de gabinete más joven desde que se creó el cargo, y Hernán
Lorenzino, con 39, sólo fue superado entre los ministros de Economía por
el malogrado Martín Lousteau. La complementación de Lorenzino con el
viceministro Axel Kicillof repite el esquema que antes compusieron Amado
Boudou y Roberto Fele-tti. Estas designaciones sintonizan con el acceso
al Congreso Nacional y las legislaturas provinciales de militantes
juveniles dispuestos a cruzar el puente entre generaciones tendido por
Cristina. A ello hay que sumar la confirmación de Julio De Vido,
Mercedes Marcó del Pont, Carlos Tomada, Débora Giorgi, Diego Bossio y
Guillermo Moreno, para apreciar que no hay motivos para esperar cambios
de fondo. El desendeudamiento, la acumulación de reservas, la
intervención en el mercado cambiario y la regulación de los flujos de
capitales de corto plazo, redundaron en una recuperación de soberanía y
permitieron que la Argentina fuera el único país de América Latina que a
partir de 2003 redujo la participación de productos primarios en sus
exportaciones y aumentó la de manufacturas industriales. Desde la
ruptura de la convertibilidad el complejo agroalimentario se expandió a
una tasa anual acumulativa del 5,1% mientras el conjunto de la economía
creció el 8,5% anual. Este crecimiento fue liderado por la industria
manufacturera que creció a un 9,4% anual y dentro de ella las ramas que
no pertenecen al complejo agroalimentario el 10,8%. Esto permitió
reducir en forma drástica la desocupación y mejorar en forma
significativa la participación de los trabajadores en el ingreso.(aqui la nota completa)
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